Desde muy pequeño he puesto en palabras
asuntos que no puedo expresar con imágenes, aunque sé que todo mi esfuerzo lo
he realizado en este campo, las palabras aparecen y muchas ideas visuales llegan primero a través
de ellas.
Mis poemas son casi siempre una extensión de la obra plástica; quizás no busco las palabras, ellas me
encuentran a mí de una manera natural y
contribuyen muchas veces a consolidar una idea que quizás no ha podido
expresarse, pero que continúa dando vueltas en la cabeza.
La primera experiencia realmente
significativa sucedió cuando realizaba el libro “Imágenes de la memoria”, es
importante pues comenzar por aquellos poemas
que acompañaron la obra realizada como pintura, dibujo y medio cerámico.
Imágenes de la
memoria.
Breve, muy breve
ese color de atardecer
que el tiempo no pudo detener
Yo si
con mi memoria de estar vivo.
El cuadro ya estaba
instante de luz
sobre las montañas
quedo el lienzo
olvidado.
La hoja que se mueve y juega
con su vestido de luz
la sombra
espera su turno.
Sobre el agua
imágenes de tiempo
ò espirales eternos
silencio perturbado
una hoja.
Nosotros pertenecemos
Irremediablemente
a la línea del horizonte.
Viajando sobre su lomo
de ojos cerrados
no comprendemos nada
arriba ò debajo de ella.
Luz de fuego
que desnuda la montaña
un segundo en la memoria
acaso basta?
Silencio detenido
en el estudio
el cuadro que me habita
espera.
Manglar.
La misma manera de reflejarse
sobre el agua
otro sol, en otro tiempo
y el mismo silencio
roto solo por las garzas azules.
Montaña
detrás de la neblina
ella
sumergida en el intacto violeta.
Me detuve en el cielo
de charcos sobre el camino
se repetía la luz
de la muerte del día.
Los ojos del perro
también atraviesan los arboles
y van más allá de las montañas.
En silencio olfateamos
aquello presentido.
Sobre la silla
silencio de muro blanco
miro la sombra
atento
como esperando el poema.
Luz de amanecer
la presagiaba
antes de nacer
el día.
Esa fragilidad del ser
ese siempre estar al límite
del derrumbamiento,
te sostiene brega y deseo
ò la sospecha
de lo que puede ser.
Sobre botellas y
recipientes.
1.
Morandi lo sabía 2. Se permitió el volverles a mirar
conocía
el secreto
repaso los cuerpos una y otra vez
de sus límites de carne
hasta embriagarse
tan tensas y precisas,
de lo cotidiano
de su piel hecha de huellas
una y otra vez
reflejo de sus huesos, el
cuenco, la taza, la botella
se había persuadido de lo ausente la botella, el
cuenco, la taza
supo
que el vacio era útil
supo que el vacio era
y que podía ser pintado
cuerpo ansioso
con la misma sabia
de ser
y la misma materia. poseído.
Me encantan tus poemas,son salidos del mismo fuego
ResponderEliminarpalabra que te trasportan mas haya de los sueños
ResponderEliminarMuy inspirador, artista. Yo también busco un proceso y la honestidad de su trabajo me da un nuevo aliento para continuar buscando la expresión de mi ser a través del arte. Gracias.
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