Estoy convencido de que el espacio urbano es
una experiencia educadora.
Cuando llegamos a un lugar, pueblo, ciudad o espacio
público cualquiera; recibimos una
información “cultural”, suponemos el comportamiento de aquellos que viven allí
y mientras caminamos intentamos
adaptarnos a él... poco a poco comenzamos a actuar en sintonía con la realidad que estamos
viviendo en aquel momento. Y como aprendemos lo que vivenciamos, aprendemos
también el “mal comportamiento”.
He llegado a algunos lugares de nuestro país o de otros países donde se hace imposible el respeto y la convivencia, cada quien hace lo que quiere, cada persona se explaya en sus deseos mas mundanos porque no hay nada ni nadie que dicte o sugiera un comportamiento de respeto y de valoración del otro. Y cuando digo “no hay nada que sugiera”, entre otros aspectos, me refiero al lenguaje del espacio, al lenguaje de lo urbano.
Es absolutamente indispensable proponer desde el espacio mismo, modos de comportamiento, actitudes frente al espacio y sobre todo generar disfrute, gozo, fruición*. Cuando existe fruición, el espacio permanece en nuestra memoria, se constituye en un referente, en una manera segura de recordar con agrado el pueblo o la ciudad que hemos recorrido. Un “espacio vivencial” es un espacio para siempre en nuestra memoria.
El espacio urbano se construye en los límites que “habitan” en el otro; el otro para el otro, soy yo y solo me doy cuenta de ello cuando mi espacio es usurpado o mi vivencia es perturbada. En un país donde la educación todavía no llega a satisfacer a todos; los espacios públicos deben convertirse en herramientas de la educación.
Este es un objetivo claro de la ESTÉTICA URBANA PARA EL CARMEN DE VIBORAL y la CALLE DE LAS ARCILLAS es fundamental en este proceso, sobretodo porque las gentes de El Carmen todavía, pienso, no han comprendido del todo la importancia de conservar su memoria y afianzar sus valores. Tal vez La Calle de las Arcillas sea el eslabón que falta, el apoyo para sostenernos desde la memoria y perpetuarnos en nuestra propia cultura. Tal vez la Calle de las Arcillas sea por fin el espacio Hodológico que he buscado por años para El Carmen de Viboral.
* Fruición: leemos en el diccionario: (del latín fruitio). Goce, deleite.
Boceto para Uvito de monte, Calle de las Arcillas.
LA CALLE DE LAS ARCILLAS hace parte del proyecto de estética urbana para El Carmen de Viboral, apropiándose de los elementos conceptuales de dicho proyecto, donde la cultura cerámica con sus procedimientos y materiales son determinantes en el desarrollo de nuestro pueblo para lograr en definitiva, el empoderamiento de sus gentes con su cultura.
Los elementos conceptuales que se consignaron y desarrollaron en el proceso de La Calle de la Cerámica, estarían resumidos en esta frase; luego hablaremos de ellos.
Las intervenciones deben estar signadas o guiadas por ideas, desarrollos o hallazgos donde nuestro patrimonio y memoria sean el hilo conductor.
La Calle de la Cerámica como reflexión de nuestro destino, José Ignacio Vélez Puerta, 2007 y 2008.
Cincodedos.
Yarumo.
DESCRIPCIÓN: La Calle de las Arcillas es una CALLE adoquinada con arcillas de colores, preferiblemente ferruginosos, donde todos los elementos urbanos, separadores, pasos peatonales, andenes, entre otros, están planteados desde los diversos tipos de arcillas o pastas cerámicas, algunas de ellas como la porcelana (incluida en los desarrollos de la industria cerámica de El Carmen) que van a generar una personalidad única y una fuerza emocional al espacio.
Los zócalos de las casas serán intervenidos con mosaico de arcillas de colores recordando las montañas de El Carmen (zócalos que dibujan sus montañas), sus fachadas actuales serán pintadas de acuerdo a una paleta de 24 colores que integran el conjunto y lo envuelven en una especie de atmósfera vital recreada por árboles emblemáticos de su vegetación nativa que se levantan sobre ellas, convirtiendo el espacio en un nuevo paisaje para la imaginación.
Palma de cera
Estos bocetos de árboles en mosaico están ya ubicados en la casa o edificio elegido y cada uno de ellos busca generar una atmósfera enriquecida, además de una integración de los elementos constructivos.
Guayacán amarillo
Yarumo
Uvito de monte
Sietecueros
Curazao
A diferencia de la Calle de la Cerámica, donde las
intervenciones no se han continuado para
consolidarla como un verdadero PATRIMONIO, en La calle de las Arcillas todas las fachadas
serán intervenidas con baldosas cerámicas, mosaico y color, incluidas además
sus culatas que tal y como están destruyen la idea de un espacio urbano solido
y bien manejado.
En este caso cada fachada será respetada tal y como es, no
importa que algunas no sean realmente bien constituidas, lo importante es que
desde una actitud de aceptación, creemos
que es posible la CONSOLIDACIÓN de un
espacio con alto nivel de fruición.
Es urgente que seamos conscientes del valor histórico de lo que estamos derribando sin control, se hace imprescindible hoy sentar las bases para que en el PBOT queden planteadas las soluciones a los problemas y las herramientas para defender inmuebles de alto valor, muchos de los cuales hemos perdido en los últimos años, pero otros que todavía existen, ya descritos en el LICBIC realizado por La Fundación Ferrocarril de Antioquia sean conservados como memoria fundamental de nuestro futuro.
La CALLE tendría
su más alto valor en la recuperación del sentido del caminar, del disfrutar,
del sentirse acogido por el espacio urbano como si este fuese una extensión de
nuestra casa. En este nuevo proyecto este sería el más grande objetivo.
José Ignacio Velez Puerta.
Tercera entrega.
Calle de las Arcillas.
El Carmen de Viboral.