Una Trasformación que no es evidente.
Decoración Carmelitana, Parte 4.
Decoración Carmelitana, Parte 4.
Lo que hemos ganado en estos últimos 25 años.
Trabajo final de Fabio Arcila en el Taller de ATA
Trabajo final de Josefina Quintero en el taller de ATA.
.
Trabajo final de Gloria Lucía Robledo, invitada al taller de ATA.
Trabajo final de Nelson Zuluaga Quintero en el Taller de ATA.
Quiero decir
que mi manera de llegar al Carmen fue siempre respetuosa, “Yo no vine sabiendo,
yo llegué a aprender y a encontrar caminos para seguir soñando”.
Me atrevo a escribir en primera persona porque
he sido consciente de la trasformación que soñé. Mi vida de entrega al arte, mi
condición de artista, diseñador y alfarero, me da una mirada distinta del común
y me hacen partícipe de esta trasformación.
Algunos momentos importantes:
1. Grandes fondos listeados: La primera
experiencia importante para mí en el tema de la decoración fue en El Capiro,
sus dueños me plantearon dos problemas, uno de ellos era diseñar una vajilla
completa que tendría la función de cambiar las formas que por años y décadas se
repetían sin ningún asomo de cambio, el trabajo lo realicé, pero no se pudo
desarrollar porque la fábrica se cerró, sin embargo esa vajilla se la entregué en donación al ITI en un intento
de recuperación de este taller como
proyecto común de algunos artesanos, pero esto tampoco funcionó. El otro proyecto fue diseñar una nueva
decoración para exportar, a medio camino entre la decoración con pincel y la
rapidez que puede tener el sello con esponja, esa decoración se llamó OCRE y
salió en verde alimonado con lila y en ocre con azul, utilizando fondos de
color para llenar el espacio, esta es la primera decoración que utiliza el
procedimiento de listeado a manera de grandes fondos (creo que todavía se hace
en el Taller El Dorado). En ella exploramos también la posibilidad de realizar
esponjas con formas para lograr sortear dificultades en determinados procesos.
Con esta experiencia logramos años más tarde realizar el proyecto de Alianza
Team con Cerámicas Renacer (uno de los proyectos comerciales más grandes en
toda la historia del Carmen).
2. En la Continental (1994) comenzamos
una aventura, que a mi modo de ver es esencial. Olga Ligia era mi guía, la
experiencia del mercado y el olfato de una vida acompañando a su padre y a su
abuelo en la más grande fábrica que existió en El Carmen. Cuando yo llego ya
está trabajando el horno continuo, dragón que podía sacar de sus fauces hasta
un millón de piezas al mes, pero para lograr esa cantidad de piezas decoradas
necesitaríamos 400 decoradoras y como yo soy bien particular no me pareció una locura
y comenzamos ella y yo a soñar esa posibilidad. Pero la verdad era otra, La
Continental con esa decisión de un horno de tanto calado (60 metros de largo y
tecnología siglo XX), estaba destinada a realizar grandes cambios en poco
tiempo, uno de ellos era producir con rapidez ese millón de piezas, pero no lo
podría lograr con procesos de producción de finales del siglo XIX. Olga y yo hicimos lo que pudimos para salvar la Continental, lógicamente
en nuestra área, en lo que creíamos, la decoración.
El maestro Alberto Londoño fotografiando moldes de asas en El Triunfo.
Para visitar una feria en Alemania nos preparamos con una serie de 19
decoraciones con fotografías de Don Alberto Londoño (en el año 1999, con
ocasión del centenario de la cerámica, Alberto tomó las fotografías más
relevantes de nuestra historia y nadie se acuerda de él o simplemente lo
ignoran), trabajamos en ello y pudimos ir a ésta, con grande emoción recibimos la noticia que
teníamos varios conteiner encargados para el mercado Europeo, pero la suerte
nos jugó nuevamente una mala pasada al decidirse desde la planta una
incapacidad de producir estos pedidos (la fábrica estaba llegando a su final).
Bien, esas decoraciones fueron: Las tradicionales seleccionadas como
Florelba, Viboral, Cartago, Agua Marina, Saúl, Aleli y Pensamiento, en ese
momento las más emblemáticas y en el criterio de Olga las más vendedoras como decoración
tipo Carmen, algunos rediseños a partir de las tradicionales: Curasao, Concepción,
Jardín, Carmen, Liz, entre otros y las nuevas: Maíz, Del Huerto, Verano, Marinera…
Liz, re-diseño sobre Saul.
A manera de acercamiento didáctico deseo contar una pequeña historia de
algunas de ellas:
Marinera.
Maíz: Encontramos la manera a partir de
la esponja de dibujar una mazorca perfecta e incluirla en el espacio, a la
vista, muy dinámico del plato, del mismo modo hicimos Marinera, con la necesidad urgente que tenía Olga Ligia de ofrecer vajillería
a los hoteles de las zonas costeras colombianas, donde las escamas son
construidas desde el pequeño pincel realizado en un “tubo de lapicero viejo” y
una esponja para maquillaje (tecnología apropiada, creada por las decoradoras).
Verano.
Verano: Es una decoración que acude a la
velocidad de la esponja para crear fondos y a la rapidez del trazo cruzado de
la decoradora con respecto al ala del plato.
Del Huerto: Es una decoración que abre caminos
nuevos para El Carmen, siempre conservando la rapidez del trazo y su limpieza.
En ella exploramos el volumen por primera vez en la historia de nuestra
decoración, la naranja se convierte en esa disculpa para acceder a nuevas
maneras de construir en el espacio. Como anécdota puedo contar que fue una
decoración muy difícil, pues a las decoradoras jamás se les había mencionado o
enseñado la posibilidad de hacer un volumen. De otro lado la manera de
construir cada plato de la vajilla tenía variaciones en cuanto a la manera de
subdividir el espacio, porque debemos recordar, la mayoría de las decoraciones
están ligadas a su sistema radial con relación al centro.
Alelí.
Aleli: Aunque es una adaptación con grandes
influencias de afuera (ya he contado de su procedencia europea-asiática) se convirtió
en una tradicional y sólo era decorada por Consuelo Arias. A Olga Ligia le
preocupaba que las demás no atinaban a hacerlo, porque había muchos pedidos y
era muy demorada… descubrí que Consuelo con su habilidad natural conseguía “armar”
esa aleatoriedad con una gracia que no era fácil, entonces las demás
desconcertadas no accedían a ello, me di a la tarea entonces de distribuirla
radialmente, de acuerdo a un orden que ellas pudiesen conocer y a las pocas
semanas ya muchas de ellas podían hacerlo.
La Carmen.
La Carmen: tengo un amor entrañable por esta
decoración porque aunque yo no invente nada, creo que al situar esta flor
emblemática en el centro del plato con un tamaño poco habitual logramos
incorporar una fuerza de modernidad que necesitaba la tradición.
3. Después del cierre de la Continental: Mi compromiso con la tradición del Carmen había
llegado hasta mi propio taller y así constituimos el taller Ocre, que luego se
convertiría en el taller de José Ignacio Vélez, por una decisión legal con
respecto a una exportación. Este taller había nacido años antes (1993) en compañía de Maria Patricia Córdoba, mi esposa, una creativa natural sin la cual el proyecto no hubiese sido posible, ademas, con el acompañamiento inigualable de uno de los artesanos más caballeroso y honesto que he conocido, Don Bernardo Betancur, con él, desarrollamos piezas únicas todo el tiempo,
torneadas o en molde, pero siempre únicas, en bajo esmalte, en sobre esmalte,
esmaltes superpuestos, crayolas, y reservas de alta temperatura. Íbamos a las
ferias representando una novedad para El Carmen. A la última feria que
asistimos (1999) en España, La Feria
Iberoamericana de artesanías, fuimos
invitados por Colombia y ganamos el
premio al mejor proyecto, en ese momento terminó la historia de nuestro taller
artesanal.
En compañía de mi familia decidí hacer énfasis en mi proyecto como
artista. Pero el asunto siguió, apareció un hombre (artesano tradicional del
Carmen) de esos dispuestos a entregar su vida por su proyecto que después de la
debacle del cierre de Continental fundó una pequeña empresa que él mismo nombró
Renacer, con sus propias palabras, “yo
no voy a permitir que esto se acabe” y con una voluntad férrea se dispuso a forjar
el proyecto más exitoso de los últimos años
en El Carmen, Nelson Zuluaga Quintero se
volvió mi hermano y le he acompañado a
construir su sueño que hoy tiene tres empresas: Renacer, La Nacional y Rampini.
4. Renacer:
Herederos de la Continental (Nelson trabajaba allí) en enero del 98 se comenzó a trabajar con algunas personas que habían quedado igualmente
desempleados, Flor, Graciela su hermana, Marleny Osorio, Oscar Alzate, Ismelda
Zuluaga, Marta Duque, Bertulio Salazar, Carmenza Idárraga, Carmenza Muñoz, Marta
Alzate, Hernando Quintero, Iván Arbeláez, Amalia Londoño, Flor Arcila, Ángela Arbeláez,
Margarita Quintero, Teresa Idarraga, Marcos Cardona, Francisco Álvarez entre
otros y con Marina su esposa, comenzaron esta aventura. Nelson se convenció rápidamente de que el
proyecto tenía sentido en la decoración y comenzamos a trabajar en la
continuación de esa evolución, habíamos puesto nuevas formas en producción. En esa época diseñé una vajillería completa con adicionales, llamada Línea Renacimiento, donde todos los modelos en arcilla fueron realizados en mi taller con la ayuda de Bernardo Betancur y Maryory Ruiz y decoraciones un poco más abiertas conceptualmente, Renaciente y Alegría son un ejemplo, pero todavía nos sentíamos tímidos o por lo menos a mi me lo parecía.
Renaciente, diseño realizado en compañía de mi esposa.
Cafetera de la Linea Renacimiento con decoración Renaciente.
Fotografía de Alberto Londoño en el Taller Renacer.
Entonces aparece Rampini (taller de tradición de la cerámica tipo
mayólica italiana). Yo había expresado en múltiples ocasiones la urgencia que
teníamos de estudiar otros modelos y otras experiencias de cerámica popular y
artística en el mundo, recientemente había dictado un nuevo taller de un año
con los artesanos tradicionales, 2004 y 2005, (casi veinte años después de nuestro primer encuentro) y lo más paradójico
era que estábamos casi los mismos, pero aunque llegamos lejos
con los proyectos creo que la confianza en su propio trabajo no se pudo lograr todavía,
sin embargo de esta experiencia se fortaleció Nelson y de igual manera algunos otros talleres para dar brillo y diversidad a nuestra cultura
cerámica, el taller de Maryory Ruiz y el taller de Nelson Zuluaga Londoño se
consolidaron en un nuevo esquema donde las formas del alfarero eran ahora las
protagonistas, los dos habían entendido
años atrás la importancia de la creación
de nuevas formas por medio del torno.
Nelson Zuluaga Londoño torneando.
Algunos integrantes del taller con ATA, en compañía de Don Clemente.
Proyecto de Maryori Ruiz para el taller de ATA.
5. Cuando aparece Rampini (2010) yo
expreso: “Se nos apareció la virgen”, frase que simplemente quería expresar lo
que significaba tener en vivo una decoración que nos exigiría otros niveles de
apreciación.
Y así fue, todo cambió desde entonces, en primer lugar después de aceptar este tipo de “maquila con mucho valor cultural agregado”, pusimos la condición de no molestarnos en el sentido identitario de cada proyecto, aunque de algún modo cada uno, a su manera, iba a ejercer influencias para mejorar. Comenzamos pues la capacitación más ambiciosa jamás realizada en El Carmen, formación que debía incluir elementos del área del diseño gráfico, de Las Bellas Artes y por supuesto de la decoración carmelitana y la decoración italiana, cuya fuente es el renacimiento puro. Al año de comenzar esta aventura había 7 mujeres formadas para realizar la decoración que deseáramos, con capacidad de decisión y despiertas a un mundo nuevo que incluía la creación. Algunas de ellas les había conocido en la Tecnología en Artesanías con énfasis en cerámica de la Universidad de Antioquia (proyecto al que había dedicado varios años y al que tuve que renunciar, pues sus directivas no comprendieron que una tecnología sin taller activo es una farsa), otras llegaban sin tener ninguna experiencia anterior y otras más, muy especiales, Marleny, Cristina y Viviana ya eran decoradoras de nuestra tradición.
Y así fue, todo cambió desde entonces, en primer lugar después de aceptar este tipo de “maquila con mucho valor cultural agregado”, pusimos la condición de no molestarnos en el sentido identitario de cada proyecto, aunque de algún modo cada uno, a su manera, iba a ejercer influencias para mejorar. Comenzamos pues la capacitación más ambiciosa jamás realizada en El Carmen, formación que debía incluir elementos del área del diseño gráfico, de Las Bellas Artes y por supuesto de la decoración carmelitana y la decoración italiana, cuya fuente es el renacimiento puro. Al año de comenzar esta aventura había 7 mujeres formadas para realizar la decoración que deseáramos, con capacidad de decisión y despiertas a un mundo nuevo que incluía la creación. Algunas de ellas les había conocido en la Tecnología en Artesanías con énfasis en cerámica de la Universidad de Antioquia (proyecto al que había dedicado varios años y al que tuve que renunciar, pues sus directivas no comprendieron que una tecnología sin taller activo es una farsa), otras llegaban sin tener ninguna experiencia anterior y otras más, muy especiales, Marleny, Cristina y Viviana ya eran decoradoras de nuestra tradición.
Paralelo al proceso de consolidación de Rampini, muchas cosas se movieron
entre nosotros: Comenzamos a pensar como podíamos realmente hacer evolucionar
la decoración, nos dimos cuenta de lo importante que era mejorar nuestros
puntos de venta, la necesidad de una página Web, la importancia de contar nuestra
historia, la historia de nuestras decoraciones y la de nuestros talleres,
entonces el cambio llegó pleno.
En estos últimos años hemos realizado decoraciones que ya son
“tradicionales” y modernas a la vez, La Flora y la Ramo Rosa diseñadas por Flor
Quintero, Frutos Rojos diseñada por Sandra Vargas, La Tupida Roja rediseñada por una mujer diseñadora de Medellín y Enredadera, Hortensia, Anturio, Peces,
Providencia y Tati, entre otras,
diseñadas por mí para Renacer.
Tupida Roja.
En el 2014 creamos Cerámica Nacional (hoy Vivoral Ceramica), proyecto en el cual nos lanzamos al
futuro con tres tendencias paralelas, la gráfica de etnias precolombinas y
actuales, la decoración tipo Carmen y una experiencia Posmoderna. Les invito a todos a visitar su punto de
venta en una casa de la tradición
CRIOLLO- REPUBLICANA.
6. Hoy hay nuevos talleres que son hijos
de estas experiencias, el de Eliana Moreno, el de Brigit Gómez y el de Eugenia
Flórez.
7. Pero como lo que nos convoca ahora es
la decoración, voy a seguir contando el sentido de cada una de las más emblemáticas de los últimos años:
8. Los diseños de Flor: Flor es un capítulo
aparte, con ella me encontré desde el comienzo, hicimos una primera
capacitación en Continental (no se quien capacitaba a quién), luego nos
volvimos a encontrar en la capacitación de diseño y decoración del 2005 en el Instituto de
Cultura, cuyos resultados se pueden ver
en la FACHADA DEL CURSO en la Calle de la Cerámica, donde Flor por supuesto se destacó
especialmente y finalmente nos volvimos a encontrar en la capacitación que
diseñé para el proceso Rampini, que nos obligó a fortalecer a todas las
decoradoras en áreas más complejas del conocimiento, por supuesto ella y yo y
las demás decoradoras del grupo, Renacer, La Nacional y Rampini, nos vemos cada semana sin falta. Flor ha realizado en los últimos años varias
decoraciones que se adaptan inmediatamente a la decoración tipo Carmen, ella lo
lleva en la sangre, pero por supuesto todas estas experiencias han hecho que
ella sea capaz de hacer diseños realmente sorprendentes, entre ellos cabe
destacar: Valeria e Isabela, además La Flora y La Ramo Rosa las cuales ya he mencionado.
Isabela
Isabela: Quiero expresar la belleza de esa decoración, pero sobre todo resaltar la dinámica de sus movimientos donde los trazos firmes, unos florales, otros a manera de zarcillos o arabescos, algunos muy directos donde el pincel apenas se apoya, además la sutileza de su color, como queriendo no llamar la atención, la hacen una de las decoraciones más representativas de la nueva época carmelitana.
Valeria.
Frutos Rojos.
Frutos Rojos: Es una decoración que tiene
influencia de la decoración que nos llegó desde Italia, se caracteriza por
superponer colores delicados que se convierten en fondo o en pequeñas hojas que finalmente son exaltados en su borde con exquisito dibujo, este sólo hecho, el dibujar sobre las pinceladas
recientemente lanzadas se constituye en un aporte importante para el futuro y
seguimos siendo Carmen.
9. De otro lado hemos puesto en escena algunas
decoraciones que intencionalmente abren algún sendero para ampliar el horizonte
de la ICONOGRAFÍA carmelitana, entre
ellas:
Enredadera: En la cual hay una intención clara
de hacer partícipe a la decoradora, ella decide cantidades, ritmos, tamaños, superpone
color a su antojo, pone la esponja, deja el sutil blanco, pone las pequeñas
flores rojas como puntos en el espacio, construye poco a poco un pequeño mundo
llamado plato.
Hortensia.
Hortensia: Es realmente una decoración
especial, porque como el maíz, la Hortensia es un sembrado fundamental en El
Carmen, esta flor es presencia constante de nuestra cotidianidad. Este diseño
como la mayoría de los últimos realizados, supera la idea de diseñar un plato,
diseñamos realmente una vajilla completa, cada parte es especial y el todo se
forma de las partes, procuramos en cada pieza, pocillo, tortero, plato
base… desarrollar una idea que finalmente constituya una experiencia que
participe de la idea de comer, de estar a la mesa en familia o en grupo. La
Hortensia superpone dos colores delicadamente y genera sutiles contrastes,
luego llena espacios con los verdes y soluciona cada pieza con participación
activa de la decoradora.
Anturio: Esta es una decoración muy ágil,
donde el dibujo que es bastante difícil ocupa un lugar prioritario, el mismo
estructura la pieza, la plantea como una nueva posibilidad formal. Sobre la
mesa ella se constituye en una experiencia única de color.
La Tati en naranja.
La Tati: es una decoración que surgió del
especial disfrute que mi esposa siente por el peltre, ella me expresó un día: “yo
creo que esta idea sería muy bella para una decoración”, señalándome uno de los
múltiples platicos de peltre que tenemos en casa. Es importante anotar que la
idea de una decoración surge de cualquier experiencia, sólo tenemos que estar
atentos a rescatarla. En este caso específico podríamos pensar cuantas de las
ideas de la tradición pudieron haber surgido también del peltre como
experiencia cerámica paralela.
Providencia: Para mi es la decoración más bella que he realizado para Renacer, su
punto de partida fue un tejido mexicano… cuando lo vi sentí que ese lenguaje muy
entreverado guardaba una idea para mí y por supuesto para El Carmen. Hay un
leve desorden en la posición de las flores necesario para la debida expresión
del conjunto, las ramitas y las hojas amarran la idea y la hacen una unidad.
En Vivoral cerámicas también tenemos
decoraciones tendencia Carmen:
Mar de Rosas: es una decoración muy plástica, muy
suelta y muy expresiva, utiliza el recurso de llenar las formas con pinceladas rápidas
y delgadas construyendo el diseño alrededor de unas rosas muy esquemáticas,
casi abstractas, es un diseño muy moderno que nos hace presagiar grandes nuevos
momentos.
De la Abuela: es una decoración que utiliza el
espacio como una gran retícula, a manera de un mantel de nuestras abuelas, con
grandes flores expresivas y multicolores, es claramente Carmen, sin estar
supeditada al centro.
Batatilla: Con este diseño volvemos a la
tradición alrededor del centro, pero ahora las pinceladas hacen sutiles
movimientos que atrapan la mirada, como si la decoradora no pudiese nunca
decorarla en un orden definitivo
Big Flower.
Big Flower: Es una decoración muy suelta que permite decidir a la decoradora los espacios, la dirección y la posición, se realiza en múltiples colores y se dispone sobre la mesa con esa ventaja adicional.
Hay otras decoraciones en Vivoral que exploran otros territorios,
pero que aún están en proceso de integrarse a nuestro lenguaje, entre ellas pensaría
en la decoración Colombia que abre
definitivamente un camino sólido de modernidad.
La historia de la decoración es la historia del Carmen, la cerámica como dinámica de materiales nuevos, diseño de formas, otras
temperaturas y otras experiencias creativas apenas comienza, somos realmente muy
jóvenes. Yo lo he expresado así: “Talavera de Puebla en México comienza su aventura
cerámica a finales del siglo XVI, nosotros apenas llevamos un poco más de un
siglo”, continuemos pues, poniendo todo nuestro empeño y nuestro corazón, que la
arcilla nunca nos va a defraudar.
José Ignacio Vélez Puerta
Reserva Providencia,
Güatapé
Abril del año 2015.
Fotografías de Alberto Londoño, Catalina Londoño
y José Ignacio Vélez Puerta.
y José Ignacio Vélez Puerta.