Aspectos
observados durante estos 30 años
Pequeño
resumen de mi propia historia
Debo
escribir con urgencia por lo menos un resumen de lo que he vivido en El Carmen
desde que llegué en los primeros meses del año 1986. He leído muchos textos
sobre esta tradición cerámica, algunos son muy completos en la descripción de
los procesos, pero ninguno me deja satisfecho en el aspecto humano y mucho
menos en lo fundamental, la decoración. No se nutren los textos con reflexiones
y muchas veces no se ha dicho la verdad sobre momentos o personas, algunos de
los textos más importantes son
verdaderas farsas y lo grave es que
además, hayan sido escritos por algunos de los personajes más cercanos a la artesanía colombiana, pero
esos temas más difíciles requieren un
contexto y una intención de parte de la comunidad de artesanos, entonces,
por ahora es un asunto eludible y postergable
hasta que llegue el momento de una verdadera sanación de la memoria cultural
ligada a la cerámica carmelitana, (sólo hablaré entonces de lo que es posible
hablar, procurando el camino de la reflexión).
Juan Guillermo Castro observando el estado de un horno
en el taller de Anibal García
En esta
entrada del blog quiero contar como llegué al Carmen, cuál fue el panorama que
encontré y cómo asumí cada reto que la vida me propuso:
1. Había conocido desde la Universidad
(diseño UPB) la cerámica de El Carmen y me había acercado a ella con gran interés
(principios de los 80s) , en mis visitas siempre, de una manera recurrente, terminaba
en el taller de don Samuel Pareja (Cerámicas El Progreso), uno de los
verdaderos artesanos de la generación de los viejos… conocía todo el proceso,
pero además decoraba y se sentía su amor por el oficio (él ha sido uno de los
damnificados en la historia que han escrito de este pueblo Antioqueño).
Sopera realizada en El Triunfo (ya desaparecida).
2. En 1985 fui invitado al Seminario Internacional de Cerámica de Sargadelos en Galicia, España, era el único
colombiano allí y pude con gran orgullo hablar de la cerámica carmelitana,
animado por Don Arcadio Blasco Pastor (uno de los artistas de la cerámica más
importantes del siglo XX), comencé a soñar en la posibilidad de acompañar algún
proceso de recuperación de la cerámica del Carmen.
3. El deseo y el presagio fueron reales,
meses después de llegar, (en 1986
yo ya era profesor en la Facultad de Diseño de la UPB en Medellín, además
director en el área de Artes en El Instituto de Artes de Medellín) y fui invitado por Artesanías de Colombia para
dar una capacitación a los artesanos del Carmen y este fue mi primer contacto
con el grupo de artesanos tradicionales, entre los que recuerdo con especial
agrado a Don Clemente Betancur (ya fallecido) y a Bernardo Betancur, todavía “vivito y
coliando, como él diría en sus propias
palabras”. Los de Artesanías éramos un equipo muy completo entre los que se
encontraban: las ceramistas Clemencia Ortega, Mábel Isaza y la investigadora María Teresa Arcila, entre otros, de la cual casi todas las publicaciones actuales
recientes han bebido dar crédito suficiente a su maravillosa contribución. Todos
teníamos una función específica y a mí me correspondió trabajar con el grupo de
los artesanos de tradición en procesos de creatividad.
4. El Carmen me atrapa y me instalo con
mi familia en la vereda Aguas Claras.
5. Entre los artesanos había una
atmósfera que en un primer momento no comprendía, con el tiempo supe
de los conflictos entre muchos de ellos.
6. Encontré además un hermetismo
generalizado para con las fórmulas o recetas para las pastas y para la preparación
de esmaltes y colores, (ya he contado una, entre muchas anécdotas, en una
reciente entrada del blog).
Estado de los hornos de La Chapa, 2005.
7. Encontré algunos artesanos con una capacidad natural
para el modelado con arcillas, pero no había destrezas desarrolladas para
crear nuevas formas, lo que ya me hacía pensar sobre la no muy completa
formación recibida en la Escuela Nacional de Cerámica que había cerrado años
atrás, es real que la Escuela hizo énfasis en procesos de producción y no de
creación, quizás por este motivo uno puede imaginar cómo hubiese sido el
presente si la fuerza la hubiésemos puesto en lo fundamental, la creación. Ninguno
de ellos, además, perseveró en el torno de bosquejo o de alfarero y perdimos la
oportunidad de desarrollar desde adentro la posibilidad de que la forma evolucionase.
Casi sin excepción en El Carmen no hubo desarrollo propio de las formas y es verificable con facilidad la procedencia de la mayoría de ellas, simplemente copiadas
en un proceso de moldeado en yeso, (he hablado también en este blog de la dependencia
conceptual y formal que existía con CORONA en las primeras décadas del siglo
XX).
8. Se percibía una atmósfera de
costumbre y de amañamiento, aunque ya era evidente el decaimiento de la
industria cerámica, pero el interés por otras costumbres o tradiciones no conmovía y era casi imposible engancharles a nuevas aventuras. Parecía que la
cerámica se hubiese inventado allí y no hubiese otra forma de solucionar los
problemas.
9. Ese año de 1986 conozco a Don Francisco Arnoldo Betancur,
autor del libro El Carmen de Viboral, su historia, quien me ha dado siempre herramientas fundamentales para percibir la naturaleza del carmelitano y por supuesto tratar de descifrar la historia de su cerámica.
Patio central de Cerámicas El Triunfo.
10. Con
el tiempo me di cuenta que habían dos historias paralelas y que nadie había
percibido esto, incluso hoy, creo que nadie lo ha hecho. A mi modo de ver una
cosa es la historia de la industria cerámica, la de la constitución e
implementación de las empresas con las soluciones magistrales de una tecnología
apropiada basada en el agua, sin precedentes, en la historia de la arqueología
industrial colombiana o esa tradición de los hombres formados en la Escuela o
fuera de ella con mentalidad industrial y otra muy distinta la dimensión
estética que habían alcanzado las decoraciones por medio de sus decoradoras.
Fábrica abandonada en la Vereda Campo Alegre
con el sistema hídrico todavía potencialmente activo.
En aquella época los artesanos por
medio de su asociación tenían mucho poder y era un mundo literalmente machista,
donde las mujeres no cabían, así que cada año esa sociedad premiaba a los
artesanos más destacados que paradójicamente siempre eran hombres. Pues bien, la
historia de la cerámica que se ha contado es la de los hombres – casi todos los
hombres nombrados en la historia de la cerámica no son realmente artesanos,
sino empresarios o en su defecto, operarios, al menos en el grupo que yo
alcancé a conocer se explicaba esta idea por sí sola, existiendo casos aislados
como por ejemplo: Don Samuel Pareja, Don Clemente Betancur y Don Rafael
Cardona… dueños y trabajadores amorosos de su material. Habían además muchos
operarios en diferentes áreas, pero creo que hay que distinguir con claridad la
manera de trabajar de un artesano (arriesga su vida por el proyecto que tiene) y
la de un operario, que trabaja por contrato. Habría pues que indagar con mucha
calma quién realmente ha asumido el riesgo o quién ha sido amañado en ese
proyecto de vida artesanal. De otro lado hay quienes han jalonado procesos (muy
pocos) y otros han “chupado la rueda”, como se dice en el ciclismo y es absurdo
nombrarlos por igual.
Don Rafael torneando materas en su torno de forjado.
Teresa Trujillo en la capacitación en decoración.
11. Así
bien, el verdadero espíritu artesanal lo encontré sobre todo en las mujeres y
especialmente en las decoradoras como Consuelo y Amparo Arias, Flor Quintero,
Teresa Trujillo, Berenice Zuluaga, Doña Inés y su hija Marta (esposa e hija de
Don Clemente Betancur), entre muchas otras que quizás ya no recuerdo, algunas de ellas trabajando en
otras áreas como Carmenza Muñoz (pulida) o Marta Duque (vaciado), , Luz Dary Alzate, Josefina Muñoz daban fe de su
pasión, de su entrega, de su delicado acercamiento hacia el barro. Sin embargo muchos
hombres han demostrado una terquedad que es también pasión, no siempre con la
apertura que les hubiese posibilitado VOLAR más alto, entre ellos debo
mencionar a Fabio Arcila, Francisco Cardona, Francisco Garcia, Anibal Garcia, Ramón Eugenio Salazar, Guillermo
Rodas, Gustavo Montoya, Carlos Henao y los hijos de don Rafael Cardona, entre otros. Y
seguramente seres como Don Rafael Ángel Betancur
o Marco Tulio Orozco y Pablo Emilio Álvarez quienes decoraban con esponja,
activos antes de que llegaran los decoradores del sur a la Continental o Luis
Quintero activo hasta los años 80s, ellos, eran también portadores de este
espíritu. Pero la paciencia de las decoradoras fue y es especial, insisto,
ellas han forjado la memoria, la han sostenido y la han potenciado.
12. En
la mayoría de los talleres que había en esa época no se cumplía a cabalidad con
los derechos laborales de la mujer decoradora, aun hoy esto sucede en muchos de
ellos.
Extraordinaria decoración creada por Consuelo Arias.
13. Para
fortalecer mi teoría de la sociedad machista, haré una suposición… pensemos en cualquier taller que sea recordado,
incluso aquellos donde el dueño fuese realmente un artesano a cabalidad, nadie de veras ha pensado que habría sido de
la cerámica de estos empresarios o dueños
de taller si esta no hubiese sido decorada
por las mujeres, acaso la memoria no nos queda de la imagen, es decir de la
decoración?, No fue acaso la flor, el
color y el gesto, los que quedaron grabados en nuestro interior para
construir paulatinamente una propuesta de cultura de la imagen, una
iconografía? Olímpicamente vamos hablando del valor de los artesanos (que siempre lo tendrán en un sentido) y sobre todo de los viejos
empresarios, pero se nos olvida que lo que sustenta y soporta la tradición
cerámica del Carmen es la DECORACIÓN, si no hubiese sido así, la historia de la cerámica del Carmen sería
otra y la historia de aquellos hombres también, pudo haber sido una historia similar a la de la cerámica de Caldas, historias de
empresas productoras de objetos cerámicos impersonales, porque hay que decirlo,
no hubo técnicas de formación a mano y por lo tanto lo único que ha dado valor
agregado es la DECORACIÓN. Si El Carmen
no tuviese Decoración, quizás no existiría hoy como pueblo de ceramistas.
Bernardo Betancur me expresó en una conversación reciente: “Mira Jose, pensemos
en las empresas que comenzaron a desaparecer y coinciden con las que no
decoraban”.
14. Pero
la decoración estaba estancada (por lo menos así me lo parecía), existían en
esa época (finales de los 80s) las mismas pintas que había dejado muchos años
atrás (quizás si lo aceptamos sea esta una de las muchas razones endógenas por
las cuales la cerámica se vino abajo).
15. En
1991 y 1992, fui contratado para la recuperación del taller de la antigua Escuela de Cerámica en el ITI, trabajé arduamente hasta que finalmente
comprendí que el asunto era más político que, de intenciones reales de
formación en el oficio y tuve que renunciar.
Cerámicas El Capiro, después de su desaparición. 2006.
En ese mismo año intentamos realizar
un proyecto de exportación con Cerámicas El Capiro (esta fábrica había sido
vendida a unos empresarios con experiencia en ceramica), pero todo fue inútil,
aquellos nuevos dueños vieron sucumbir la fábrica por un robo continuado de un
señor muy recomendado de Medellín.
16. En
1994 llegué a Cerámicas Continental, aquello fue aterrizar en otro mundo, lo
que yo había conocido era una cosa coloquial, La Continental tenía más de 300
trabajadores y producía 600.000 mil piezas por mes. Don Alfonso Betancur, me
llamó por medio de su hija Olga Ligia a intentar una capacitación, sus primeras
palabras para conmigo fueron: “Veamos qué es lo que sabe…”, y la verdad yo no
sabía mucho de ese mundo, pero me había asomado a muchos otros que me daban una
ventaja sobre la perspectiva de mirar este nuevo mundo. Rápidamente me di
cuenta de la importancia que tenía Olga Ligia en la empresa y de cómo su visión
era realmente acertada, pues el valor que daba a su producto era justamente el
adecuado. LA CERÁMICA DEL CARMEN VALÍA POR SU DECORACIÓN. Cualquiera podía
hacer un plato, pero decorarlo era la labor que nos hacía diferentes. Entonces
comenzó una época de GRAN ARENDIZAJE PARA MI, aprendía con las decoradoras y
paralelamente les enseñaba para despertarlas a sus propias posibilidades de
crear, en los años siguientes hasta que la Continental cerró (1997) capacitamos
más de 200 mujeres para consolidar un grupo con el cual llegamos a soñar en
grande. Olga se había percatado del valor de nuestra cerámica y se fue
convirtiendo en la verdadera pionera de su mercadeo, a ella le debemos todos la
consolidación de su posicionamiento en una labor que duró años y donde logró
poner la cerámica en mercados exigentes de Colombia y el mundo, ella había
logrado poner cerámica del Carmen en dos continentes (y claro, en esa sociedad
de hombres nadie le daba crédito). Había pues de algún modo dos mundos en el
Carmen, los que tenían contacto con el resto del mundo (los de la Continental)
y los que no, aquellos que estaban satisfechos con los clientes que llegaban
los fines de semana y en las vacaciones. Pero ella sabía que la fábrica estaba
en dificultad e incluso estaba en desacuerdo constante con su hermano mayor en
el manejo de la empresa, este le daba privilegio a la cantidad y ella a la
cualidad. Intentamos juntos muchas aventuras, diseñé con su apoyo muchas nuevas
decoraciones que mejoraron rápidamente el repertorio de la imagen (lo que yo he
llamado ICONOGRAFÍA), rescatamos decoraciones valiosas del pasado y procuramos
nombrarles a todas, asunto clave que ella había comprobado era de suma
importancia en el mercado de lo decorado a mano.
Así estaba decorado el espacio central de La Continental (detalle).
17. Con
Olga realizamos muchas aventuras todavía no valoradas, pero asumidas por todos los
demás talleres sin percatarse de que las cosas habían comenzado a cambiar. Y justo cuando yo me volvía más consiente de
la importancia de la decoración y de que, por alguna razón del destino, estaba
metido en el centro de un proceso de vida cultural de un pueblo, después de
muchos esfuerzos, veíamos como la Continental sucumbía y era derrotada por la
falta de confianza en lo nuestro.
Agua Marina, decoración tradicional de Continental.
18. Yo quedé en shock, como todos los demás, la
tristeza se agudizó en aquellos años, esta circunstancia había que sumársela a
la violencia que vivíamos en el país. Luego del cierre de Cerámicas Continental me fui a casa a realizar mi obra, fueron unos años muy productivos
para mí. El Carmen quedó en manos del destino. Yo me decía a mí mismo…quizás este esfuerzo
fue el último.
Horno de la Continental desmantelado después de su final.
19. Volví
de nuevo por tres razones, la primera la posibilidad de realizar El Pórtico, una
escultura urbana que quizás podría servir de reflexión a la gente sobre su
pasado, su presente y su futuro, cuando estaba trabajando en él, el párroco de
la iglesia principal de ese entonces me encargó dos murales sobre el pan y el
vino, entonces en el año 1999 trabajé arduamente en estos dos proyectos que son
el comienzo de la Estética Urbana para El Carmen de Viboral, (los dos proyectos
pueden verse hoy), debo anotar que los murales de la iglesia están hechos en la
técnica de bajo esmalte, la técnica tradicional de nuestra decoración. En
segundo lugar estaba el proyecto de Cerámicas Renacer en el cual fui creyendo
cada día mas, especialmente por la decisión y el carácter de su creador Nelson
Zuluaga Quintero y la otra razón era la insistencia de la señora Lina Moreno
para recomenzar un trabajo con los artesanos y los pocos talleres que quedaban.
Con Nelson no he parado hasta hoy y seguimos soñando, con Lina comenzó un
proceso muy largo y muy completo al cual le puse una condición, los artesanos
debían pasar por una experiencia sanadora (trabajo de grupo) antes de comenzar
una nueva capacitación, y así se hizo, vino la Doctora Ángela Botero, una experta
en conflictos y en procesos comunitario quien trabajó casi un año con ellos
casi todos los fines de semana, pero los conflictos se habían dormido nada más.
El grupo de la capacitación con ATA, 2005
Con Laura Mejía, la directora de ATA.
Bernardo Betancur vaciando moldes de su trabajo personal.
Trabajo final de Guillermo Rodas.
En la exposición del Palacio de la Cultura en Medellín (en el centro el trabajo de Fabio Arcila)
Entre el 2004 y el 2005 compartimos una capacitación en el taller del ITI con
el apoyo de Aid to Artisans y de su directora Laura Mejía quien de verdad
sintió y vivió con toda la fuerza cada momento del proceso y no se escatimaron
recursos para dar más oportunidades a los artesanos, en un momento, recuerdo,
Laura les dijo: “El que quiera ir a la feria de New York, prepare un paquete de
ideas y lo llevamos”, Nelson Zuluaga Quintero se fue. La capacitación aparte de
estas maravillosas oportunidades incluía áreas técnicas,
formativas, aspectos empresariales, contabilidad, presentación de proyectos,
empaque, acabados cerámicos, formulación de pastas, decoración y diseño entre otros temas, los
proyectos finales de gran calidad fueron presentados en el Palacio de Cultura de
Medellín (incluido catálogo), todos ellos revelaban la capacidad de la gente que
tenemos, pero en su mayoría no fueron continuados quizás por esa falta
natural de confianza interior a la que
sólo se accede con la fuerza de un corazón de artesano dispuesto a arriesgar su
vida por su proyecto.
Trabajo final de José Alberto Saldarriaga,
artesano invitado que vive actualmente en El Retiro.
Trabajo final de Nelson Zuluaga Londoño,
instrumentos musicales torneados.
20. Todo
ese trabajo dio pie para que el alcalde Jorge Luis Orozco me llamara para
realizar una calle que estaban peatonalizando, el proyecto se llamó La Calle de
la Cerámica (2006 – 2008), la última intervención que realicé se llamó la
fachada del Drago en el año 2009.
Lo que más me angustiaba en aquel momento es que los ánimos no cambiaban, los artesanos seguían teniendo dudas de los demás y de sí mismos, aquella pasividad me llenaba de tristeza, así que el proyecto de realizar una intervención urbana llego a mí como una oportunidad única de mostrarles a ellos la riqueza de su propia cultura. En vista de esa pasividad, yo imaginaba otras posibilidades de devolverles la confianza a ellos y por supuesto a la gente común, que en general había quedado devastada y desilusionada con el cierre de Continental.
Lo que más me angustiaba en aquel momento es que los ánimos no cambiaban, los artesanos seguían teniendo dudas de los demás y de sí mismos, aquella pasividad me llenaba de tristeza, así que el proyecto de realizar una intervención urbana llego a mí como una oportunidad única de mostrarles a ellos la riqueza de su propia cultura. En vista de esa pasividad, yo imaginaba otras posibilidades de devolverles la confianza a ellos y por supuesto a la gente común, que en general había quedado devastada y desilusionada con el cierre de Continental.
Maryory Ruiz ayudando con el esgrafiado del Drago.
21. Con Nelson y con Renacer las cosas fueron
evolucionando, fuimos haciendo cambios importantes, pero todavía el tiempo no
estaba dispuesto para grandes revoluciones visuales, así que tuvimos que esperar
la consolidación de su empresa, nuevas tecnologías de hornos y nuevas
oportunidades de mercado. Todos los diseños de mi taller que se había
consolidado como una experiencia importante en la cerámica utilitaria
colombiana, fueron a parar al taller de Nelson y lógicamente el objetivo que teníamos
de enriquecer las variables de la forma se comenzaba a cumplir.
22. En
el año 2012 realizamos el Museo de La Cerámica, labor que convoco a un gran
equipo que amorosamente puso las primeras piezas de un proyecto fundamental
para el futuro de la cerámica del Carmen, (ver blog de la decoración
carmelitana, parte 1)
23. En
el año 2013 y 2014, trabajé arduamente en dos proyectos, La Calle de las
Arcillas, otra oportunidad de intervenir el espacio urbano, esta vez con el
apoyo del alcalde Néstor Martínez Jiménez, visionario, convencido de que trabajar en el
fortalecimiento de la cultura cerámica es el camino de nuestro verdadero
desarrollo, (ver blog La Calle de las Arcillas) y en el diseño del Parque
Principal (ver blog Parque Simón Bolívar, El Carmen de Viboral), ahora mismo en
construcción. Hoy me acompaña un grupo maravilloso de artistas y artesanos que
se han unido alrededor de una Fundación llamada La Tierra como Camino.
24. Y
por último deseo contar algo más: El año pasado constituimos, planeamos y
diseñamos un proyecto llamado: La Nacional, empresa destinada a ampliar las
posibilidades conceptuales de la decoración en bajo y sobre esmalte (ver blog,
decoración carmelitana, parte 3). Pero lo que realmente quisiera contar es
sobre la búsqueda que muy conscientemente estamos haciendo sobre las
posibilidades expresivas de estas dos técnicas maravillosas (el bajo y el sobre
esmalte) y para ello que mejor manera que mostrar algunas decoraciones y su
intención fundamental, (ver próximo blog).
José Ignacio Vélez Puerta
En Providencia, Abril del 2015.
En Providencia, Abril del 2015.
Gracias josé Ignacio por compartir esta estupenda experiencia en tu blog, un camino lleno de ramificaciones que te An permitido a ti y tu comunidad, comprender esta herencia tan maravillosa.
ResponderEliminarUn abrazo y lo disfrute mucho
Pablo tobón