AlBorde Carmen es una inmersión
en
la cerámica Carmelitana.
“Hacia el lenguaje del
pensamiento,
desde el lenguaje de
las manos y la intuición del corazón”
Mayoral es una decoración tradicional creada en la desaparecida Continental.
La versión mas antigua tenia color tierra cálida,
pero hoy hay nuevas versiones con el azul cobalto y el verde limón.
Plato realizado con la tecnica del bajo esmalte,
(de la serie Anotaciones de cuaderno 2012).
Mi acercamiento a El Carmen de Viboral como artista se ha convertido en una aventura formal, procedimental y visual, la historia entre nosotros lleva mas de 40 años y yo debo agradecer siempre esta oportunidad y seguir soñando la posibilidad de ir tan lejos como no imaginamos.
En julio próximo tendremos un nuevo AlBorde que intentara como siempre tener un acercamiento a un lugar fundamental para la cerámica Colombiana. Ya fuimos a la Chamba a compartir con Carmen Prada, a descubrir la sabiduría de sus pobladores en el HACER con el barro más puro, ya compartimos con Elisabeth Pérez (la vieja Licho) y todo el grupo de mujeres tinajeras de Juana Sanchez, ese lugar mágico del Magdalena Colombiano y con ellas aprendimos ese “rollo tinajero” que nos ayuda a expandir el lenguaje del hacer y del pensar. Estuvimos también allí con los alfareros que luchan día a día por conservar la tradición de la rueda del alfarero que en muy pocas ocasiones se ve en Colombia arraigada con tal fuerza.
Y ahora, vamos a El Carmen. Para mí un honor, llevar al grupo a mi tierra. No soy de allí, pero como si lo fuera.
Puedo decir hoy después de más de 40 años que
El Carmen es la tierra que elegí para propiciar un trabajo funcional con el mundo exterior, con esa porción de la sociedad moderna que
intenta avanzar sin perder su norte. El Carmen, es un
pueblo de cultura cerámica que ha hecho esfuerzos para no desfallecer y
de veras que lo ha logrado hasta
ahora. Hoy, con la elaboración del PES
(Plan especial de salvaguarda) y la posibilidad de hacer parte de la lista del
patrimonio inmaterial de los colombianos tiene nuevas oportunidades históricas
para destacarse y emprender un camino propio, como pocos pueblos podrían
hacerlo.
en el año 1991, acercándome poco a poco al lenguaje del bajo esmalte.
Este AlBorde, siempre con la dirección y el acompañamiento de Puente Consultorías intenta generar un diálogo entre la forma desarrollada en la cultura cerámica Carmelitana, la cual se ha heredado de la tradición industrial y el desarrollo gráfico ligado a la técnica del bajo esmalte, el cual hemos llamado: Iconografía Carmelitana.
El
poder de la imagen de la cerámica de El Carmen de Viboral trasciende nuestras
fronteras y se convierte en un símbolo sólido, entrañable y sugestivo para
imaginar el país de otro modo. Las flores realizadas con gestos muy cuidadosos
y expresivos son el gèrmen de una
tradición que nos define como colombianos, sensibles, emotivos y frágiles.
En este AlBorde vamos a explorar y a disfrutar un diálogo
entre la forma y el
color.
El grupo que llega a Renacer y Vivoral (talleres esenciales en la
recuperación de esta cultura cerámica) tendrá vivencias
maravillosas con todos los procesos esenciales del trabajo: se conocerá el
proceso desde la pasta misma, hasta los métodos de formación, la quema de
bizcocho, la decoración y el color bajo esmalte, el esmaltado y la quema final.
Sin embargo, es el taller de decoración donde un grupo de personas, la mayoría mujeres, nos ayudaran
a definir nuestra propuesta final para los objetos que desarrollemos.
El
resultado serán objetos diversos, desde
un plato decorado, hasta un nuevo objeto de uso o una pieza o grupo de piezas
de carácter artístico. Aquí cabe la
serialidad, la modulación, la escultura, el objeto de uso, el plano pintado o
decorado, el dibujo, el modelado, entre otros.
Pieza de la serie Homenaje, realizada con arcillas diversas, incluida la loza carmelitana (en este caso usando además asas tomadas de la serialidad habitual).2003 - 2004.
Reunirnos ( estar juntos), entre el 16 y el 21 de julio para pensarnos
desde esa cultura cerámica y sus posibilidades expresivas es nuestro objetivo.
El Hotel Casa Rose será nuestro anfitrión y desde ya doy gracias a sus
directivas por acompañar y ayudar a que este encuentro tenga semejante marco
espacial.
Gracias también a Renacer y Vivoral por creer siempre que es
posible llegar más lejos.
Tendremos momentos muy significativos,
desde charlas alrededor de la cerámica carmelitana, su iconografía y su
evolución o la Estética urbana propuesta para el espacio urbano de El
Carmen. Miraremos muy de cerca los
procesos de formación de piezas, la decoración y los acabados finales.
Realizando Los límites del vacío, en el taller de D. Rafael Cardona,
usando módulos de materas para la formación de 12 piezas de gran formato.
Quemadas en su horno tradicional de carbón de piedra y madera
El Carmen de Viboral, 2005.
En los talleres mencionados tendremos
acceso a un horno ideal para procesos de
loza en bajo esmalte (el horno de rodillos con
ciclo de tres horas). Tendremos demostraciones de las maestras expertas
y la posibilidad de hacer nuestros propios proyectos. Prepararemos pigmentos y
otros acabados. Visitaremos talleres tradicionales y nuevos.
Pero sobre todo vamos a compartir, haciendo, conversando
y aprendiendo de los demás.
Yo seré solo un mediador, amante del barro
y
sus secretos.
Los Arboles imaginados ( 2013), realizados en pasta refractaria
de alta temperatura, en horno de aceites reutilizados.
Refractarios Continental en El Carmen de Viboral.
El proyecto en sí mismo:
Acompañar
a los participantes en la comprensión profunda de la loza blanca con decoración
en bajo esmalte es el propósito principal del taller.
Pero la loza es un universo para la
creación tanto en el objeto de uso, como
en el terreno del objeto ornamental y por
supuesto en la obra de arte.
Mi propuesta es la siguiente:
Es necesario llegar con el propósito firme
de crear “in situ”, es decir reconociendo el espacio, los procesos, las
técnicas constructivas y los procedimientos pictóricos y dibujisticos.
La forma blanca llega desde los procesos
industriales, pero vamos a intervenirla con todos nuestras capacidades, todos
nuestros recursos expresivos y con toda la potencialidad del material empleado,
(los materiales a usar son la loza blanca de tradición y una pasta de loza
preparada para generar alternativas manuales tales como: placas, estirado de
asas, modelado, rueda de alfarero, rollo común, rollo tinajero o formación con ayuda de moldes, entre otros).
La forma pues busca expandirse, mirar la
otredad, “la cosa” qué significa y el resultado debe ser un objeto no imaginado, una semana antes, ni un año
antes o quizás nunca antes.
Ahora estamos ante un objeto de características particulares “existe” y es una mirada nueva sobre el espacio construido desde la forma utilitaria. Pero no tiene que ser un objeto de uso o puede serlo también y puede dialogar con él o irrumpir en él, transgredirlo, dotarlo de otros significados…
Un plano (un plato o una baldosa) es un
espacio infinito en sus posibilidades.
“El vacío es la cosa, su material es el límite”
pero…existe límite?
Y luego al enfrentar el objeto realizado y pensarlo en color…desde el blanco, hasta el color plano (esmaltes de color o engobes), hasta lo pictórico y la dimensión de lo gráfico, es en ese universo del bajo esmalte donde podemos dibujar, poner veladuras, superponer color, gestualizar, chorrear, reservar casi sin límite…descaradamente “DADOR”, donde el único fortín del conocimiento es lo intuitivo y dejarse llevar.
Entonces…luego, llegaremos a otros destinos no conocidos o insospechados.
pensando en el AlBorde Carmen. Todas realizadas
a partir de objetos tomados del taller en su producción habitual.
El taller debe comprenderse como un dialogo entre la forma que se ha nutrido y se nutre todavía de la Revolución industrial y la decoración que va surgiendo tímidamente en las primeras décadas del siglo XX y que despierta definitivamente a principios de los años 60s, desde una necesidad de cambio ante la crisis y la competencia, convirtiéndose en una verdadera ICONOGRAFÌA para los Colombianos.
AlBorde Carmen es la lógica consecuencia de que lo conseguido hasta hoy nos propone nuevas rutas para continuar este viaje que apenas comienza.
Cuando un artista comprende la grandeza de la arcilla, nunca más olvidara esa experiencia y como una fuerza que le arrastra, estará supeditado a ella hasta que sus manos no puedan ni siquiera tocarle, si no es en profunda conciencia.
Ir a la fuente, viajar por las técnicas ancestrales teniendo conciencia de lo que hicieron los gigantes de pueblos antepasados y además, comprender otras fuerzas más contemporáneas y siempre universales.
Esta será la oportunidad de dialogar profundamente desde los lenguajes que muy seguramente están todavía vivos en nosotros.
En la Reserva natural Providencia, mayo del año 2022