viernes, 26 de noviembre de 2021

Carmen. Iconografia y cerámica.

                                                                       

                                                                       CARMEN. 

 El Carmen de Viboral es una de las culturas cerámicas mas representativas de América y en nuestro país ocupa un lugar privilegiado pues contiene elementos de ornamentación que  abrieron nuevos caminos al imaginario colectivo. La cerámica carmelitana se metió en nuestro corazón como si hubiese llegado de lo puramente ancestral y aunque no fue asi, esta iconografia se relaciona directamente con nuestra manera de sentir, de hacer, de festejar y de expresar nuestra identidad.

 Nosotros, los colombianos: indígenas, negros, blancos, mestizos y mulatos nos expresamos desde lo emocional  y esta cerámica es EMOCIONANTE,  porque contiene un lenguaje vinculante con  el mundo natural. 

El mundo de las flores expresado con decisión en esta cultura cerámica nos ha abierto las puertas de un rincón de nuestro interior que reclama el disfrute, la intimidad familiar y  el goce de los sentidos.

Yo llegué a El Carmen  por primera vez a finales de los 70s y quedé amarrado a la idea de detenerme un poco mas en aquel lugar, lo que nunca hubiese imaginado es que tiempo después tomaría una decisión interior de trabajar por un propósito común: Su cerámica.


 


Muy consiente desde los años 90s deseaba realizar un libro sobre esta cultura, que en todo caso se nos expresaba, muy vital, muy particular, pero que mas allá de las investigaciones hechas en profundidad desde lo histórico, lo social y lo antropológico, faltaba responder muchas incógnitas en el sentido artesanal-artístico procedimental.

Mis primeros amagos fueron con el maestro Alberto Londoño quien me acompañó por muchos años haciendo fotografías esenciales para nuestra memoria. Alberto realizó todo el archivo fotográfico para los 100 años de la Cerámica, proyecto liderado  por el historiador Francisco Arnoldo Betancur. A ellos dos debo mi agradecimiento máximo, porque sin ellos seguramente este libro no existiría

 

          Ilustraciones de Alejandro Garcia.

 Escribí por muchos años y llené muchas cuartillas para tratar de comprender lo que había pasado en realidad en el desarrollo de esta cultura cerámica. Y era tanto, que cuando la Mesa Estándar, es decir: Juan David Diez y Miguel Mesa se acercaron a los textos casi renuncian ( lo imagino) a intentar cualquier probabilidad.

Ellos son los directamente responsables de encontrar una solución razonable y creativa para lograr lo que próximamente tendremos en  nuestras manos. 

El  libro que tendremos no se parece a esas primeras ideas, no, el libro de hoy es mas cercano, mas íntimo y menos convencional. Creo que es un libro moderno, fluido y sobretodo hecho con responsabilidad estética, social e  histórica.                   

                                           


El libro esta firmado por Jose Ignacio Velez Puerta, quien tuvo el sueño y la idea original, pero además, por Esteban Duperly, quien fue capaz de convertir miles y miles de palabras en un puñado de ellas que se pueden leer deliciosamente. Esteban respetó en ocasiones mi manera de escribir  (estos textos están entre comillas), pero  su talento natural, que nos lleva en el libro hacia un territorio cercano y familiar, fue capaz de descifrar lo necesario y fundamental.

El libro es editado por La Mesa Estándar, quienes realizaron la dirección de arte y los contenidos, además de la edición, el diseño gráfico y la diagramación. Los textos son de Esteban Duperly, las ilustraciones de Alejandro García, las letras capitulares de Bastarda Type y las fotografías de Alberto y Catalina Londoño y Alfonso Posada.



Vista de la Reserva Natural Providencia, foto Alfonso Posada.




Vista del taller de Jose Ignacio en Providencia.
foto Alfonso Posada.

La idea del libro se apropia de dos escenarios que los editores encontraron al pensar en un posible libro: La historia  de esa cultura narrada por Jose Ignacio después de mas de 35 años, investigada y confrontada por Esteban y la realidad del taller del artista que expresaba un mundo paralelo, que ellos (los editores) quisieron compartir con el público lector, para comprender mucho mejor la mirada del autor. 




fotografía de Alberto Londoño.


Yo he pensado que esa cultura se hizo tan difícil de interpretar, porque los mismos artesanos estaban confundidos al vivir una realidad muy lejana de experiencias verdaderamente artesanales y los investigadores que llegaron allí (muy pocos) no sabían tampoco donde estaban las diferencias entre una cultura artesanal verdadera y una cultura industrial que se había adaptado a un ritmo artesanal.

Todos fueron honestos al hacer lo suyo, había que 
emprender un negocio y lo hicieron.


Yo me percaté de ello, mientras el tiempo pasaba y solo escuchaba historias que no eran cercanas al mundo que yo vivía. 
El mundo del taller artesanal puro, donde el barro llega, se amasa, se tornea o se modela a mano sin usar recurso industrial alguno y luego se decora también manualmente era muy distinto. Y lo que yo había aprendido y les quise enseñar desde mi llegada, siempre me daba libertades no sospechadas por ellos, quienes habían adolecido de una verdadera escuela en el campo cerámico.


Al fin comprendí que había pasado.


 Fue un mundo construido desde afuera, como mundo artesanal, pero en realidad era un proyecto de empresas que querían emular el modelo de la Locería Antioqueña.
Todo fluía...eran ramadas, tenia mucho  carácter,  la gente veía emoción e ímpetu y  muchos procesos se hacían a mano, pero la idea de repetir con velocidad estaba en el cerebro de todos.




fotografías  de Catalina Londoño.



Asi son las paginas de este libro soñado.






El Carmen tuvo que esperar mas de 50 años
 para encontrar un norte,
 LA DECORACION.

 En el libro se cuenta un relato que nos aclara como se logró esta vocación, la cual era inevitable, por un lado porque la tecnica del bajo esmalte había sido la elegida para decorar aquella loza blanca y por el otro

 porque la fuerza de la mujer 
no se hizo esperar mas.

Al llegar la mujer... al empoderarse de la decoración, el proyecto empresarial tuvo un giro contundente hacia el mundo artesanal. Ahora se podía decir que ese resultado final, ese plato o ese pocillo de loza decorado en bajo esmalte era realmente un objeto artesanal con valores endogenos que se habían definido en nuestro territorio.

En este libro descubrimos la importancia de la mujer en todos los ámbitos y oficios, el pulido, el vaciado, el manejo de las asas, en la clasificación, en el esmaltado, en la decoración por supuesto, pero además, la importancia de ella en el posicionamiento de la cerámica en el país y el mundo.

Es una suerte haber conocido y compartido con una mujer a quien yo llamo mi maestra mayor en El Carmen y paradójicamente ella no sabia decorar. 


Olga ligia Betancur puso a la cerámica carmelitana 
al alcance del mundo.

Olga era hija, nieta y bisnieta de ceramista y comprendió su verdadero valor, ella amaba la decoración como nadie  que yo haya conocido.


Nelson Zuluaga cargando el horno en su taller.


En cada uno de los capítulos, son 12,  hay una planta, una decoración de la tradición CARMELITANA, un artesano que representa un oficio y  hay un proceso 
técnico.

Cada artesano seleccionado aquí representa a todos los demás que por decenas y decenas  han trabajado en  construir este sueño.

Cuando yo hablo de artesano, puedo decir que empleo un termino de algun modo genérico, en el libro cada uno podrá comprender el significado de esta palabra.

La lectura  es  muy fácil y cada momento nos entrega una nueva certeza para comprender mejor el enigma. Desde la Nota editorial, el libro se expande en posibilidades.



En resumen:

Los invito con todo mi corazón a leer  este libro y  ENTRE LINEAS descubrir las posibilidades extraordinarias que tenemos en cada ser que se ha entregado a un  oficio y  en cada centro artesanal que ha tomado la decisión de construir su proyecto de vida en él.

El Carmen desea ser Patrimonio de la Humanidad y  la única forma de lograrlo es valorando, apoyando y potenciando lo conseguido. 
 



Aquí aspectos del trabajo y del taller de Jose Ignacio.
fotografías de Alfonso Posada.





Un agradecimiento muy grande a los talleres Renacer y Vivoral 
y a la Mesa Estándar, 
por creer  y hacer realidad este proyecto.


Nota: Ya no recuerdo cuando instauré el  nombre de Iconografia, pero se que en aquel momento estaba enganchado al  mundo bizantino y ese grupo de imágenes que habitan un  iconostasio me emocionó tanto que simplemente pensé que lo que teníamos allí mismo, en el lugar donde vivíamos, era un mundo de iconos, de imágenes poderosas para todos los colombianos. 


En la Reserva Natural  Providencia, 26 de noviembre del año 2021.


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