Manuela Velásquez la creadora de Lokkus, arte contemporáneo, trabaja conmigo hoy en la puesta en escena de esta obra que hemos pensado tiene una fuerza poco común y una dinámica que puede ser de gran impacto, ella, fiel compañera de este proyecto y en general de todo mi trabajo, me insinuó el que yo mismo me preguntase, como en una especie de diálogo hipotético.
La primera pregunta que se me ocurre es: si existen algunos referentes importantes en tu propia historia del arte, la que tú has conocido, a la que has accedido?
Creo que es una pregunta muy difícil, pienso que toda vivencia desde la naturaleza misma es un aporte inicial para que yo ame los árboles y sienta una necesidad interior de expresarme a través de ellos.
Pero claro que tengo en mi memoria interna múltiples ejemplos, en ocasiones no conscientes de caminos o experiencias que en la historia del arte son referentes ineludibles. La primera experiencia que se me ocurre la tuve por medio del grabado y es Rembrandt el protagonista con su hermosísimo agua fuerte de los tres árboles. Ese pequeño dibujo me ha transportado a múltiples experiencias tanto espirituales como atmosféricas y espaciales, esa sensación que nos trasmite el maestro holandés con elementos tan sutiles, pero a la vez tan significativos es algo de lo cual uno no se puede sustraer. Luego hay una serie de momentos en el arte, en el Giotto por ejemplo, con los famosísimos frescos de la iglesia superior de San Francisco, recordemos La predica a los pájaros de el mismo San Francisco o la huida a Egipto o en Fra Angélico en algunos frescos que están en el Museo de San Marcos como el retablo del Descendimiento de la cruz o el fresco de una de las celdas llamado Noli me tangere(no me toques) que me conmueven profundamente y que me han dado una verdadera lección sobre la forma, sobre la solución austera para algo tan complejo como un árbol.
Hay una obra, La Espalda de Matisse de la cual existen varias versiones, momentos diversos, pero fundamentales para la escultura moderna, donde este emblemático artista recoge un sentir, una necesidad de todo el siglo XX. Luego hay obras o quizás momentos que definitivamente me han conmovido por su apertura del espacio, por la novedad de los elementos constructivos, por ejemplo, El Carnaval de los Arlequines de Joan Miro y sobre todo La Finca, pero en realidad más que un cuadro es su actitud, las nuevas maneras de solucionar los problemas ya sea en la pintura o en la escultura, lo mismo siento con las motivaciones de Giacometti en obras como Tres personajes al aire libre, un bronce de un poco mas de 20 pulgadas que plantea una manera nueva de dibujar en el espacio o El Palacio, una escultura que es lúdica y que te dice que puedes hacer lo que desees, lo que ames . Recuerdo con frecuencia también los caballos y las figuras sutilmente conmovedoras de Marino Marini.
Para hacer escultura hoy es necesario no pensar en los límites, es indispensable buscar más allá de lo posible, pero sobre todo es necesario indagar en un nuevo espacio fuera de la forma misma, que la trasciende; donde ella se expanda y pueda generar sensaciones atmosféricas o quizás anímicas o emocionales. No mencionar a Henry Moore sería imperdonable, sobre todo porque este maestro inigualable del siglo XX pudo acceder y lograr que nosotros también pudiésemos acceder a lo esencial, sin perder de vista la anatomía misma o la naturalidad de los gestos y de las emociones. En Henry Moore aprendimos que lo monumental es una manera de ser y no tiene que ver con el tamaño; obras como: Mujer reclinada de 1938 o Figura de pie de 1961 son fundamentales para mí en el momento de enfrentar una nueva experiencia sobre la forma; sin embargo, en nuestro caso, estos árboles deben tener una escala mayor que la nuestra, es indispensable, notar esta diferencia, mirarles desde abajo, es un asunto de comprensión del problema. Pero más allá de que sean grandes, deben ser como lo enseña el maestro ingles, monumentales.
Visita especial.
Qué otro referentes encuentro en esta obra específicamente?
Ya he hablado en otro momento de lo que significa para mí el objeto utilitario, de lo importante que ha sido para mi el ser alfarero y de haber aprendido de seres como Jaime en Juana Sánchez sobre el Río Magdalena o de primitivo en las playas del Francés en el departamento de Sucre o de Don Rafael y su familia en El Carmen de Viboral; pero es que son muchos seres mágicos que de algún modo te dan claves para tu propia realización y creo que yo les debo mucho a esos artesanos que nunca tuvieron la oportunidad de la formación; de algún modo esto que expreso me duele, pues siento que, si educáramos en el amor por lo que hacemos, si educáramos sin mediar nuestro ego, otra sería nuestra historia de país y otras serían las cifras de violencia de los últimos sesenta años.
Bien, qué aspectos de la vida contemporánea deseo tocar con esta obra?
En primer lugar deseo GRITAR muy fuerte para que esta farsa de nuestros gobiernos alrededor de lo ambiental acabe de una vez y por fin tomemos una decisión coherente para restaurar el equilibrio en nuestro planeta, es posible que existan algunos ecosistemas insalvables, pero estoy seguro de que todavía hay tiempo de recuperar lo fundamental. Pero lo sé, este es un grito para sordos, sin embargo mi cuerpo, mi ser, mi compromiso con la vida, me obliga a hacerlo.
Sembrar árboles es LA SOLUCIÓN, sin duda; el árbol nos provee de aire limpio, nos regala y dosifica el agua, protege los ríos, evita inundaciones, protege nuestras montañas… los árboles son de veras lo esencial para nuestra vida.
De otro lado he tenido la certeza y mucho más en los últimos años que el arte en múltiples casos también es parte de la farsa; así que, contra toda tendencia, contra toda ponencia de expertos, mi trabajo continua indagando sobre mis propias maneras de sentir y de aproximarme al problema del arte. Sé, de algún modo, que puedo ser ingenuo y parecer incluso tonto, pero el poder de un trabajo honesto y de muy alto nivel, dará como resultado el poderse compartir y el poderse comprender en su momento.
Hay un aspecto muy importante en el cual he insistido constantemente y es aquel de realizar arte hoy con materiales tradicionales, en este caso, la arcilla, parecería que esta manera de hacer arte debería estar en desuso; con este trabajo y con la mayoría de mi obra de los últimos años, busco muy conscientemente nuevas maneras de expresarme con la máxima libertad y ojalá con una dosis muy alta de sentido de lo moderno; busco además revertir esa enseñanza absurda de que hay materiales modernos y materiales ya gastados por la historia. No, son las ideas, es la manera de usar los materiales, es la implementación de nuevas técnicas, de nuevos recursos expresivos, pero no es la estigmatización de los materiales, ni de las técnicas, estos conceptos hay que eliminarlos de nuestra academia.
Quisiera pues con mi trabajo dar testimonio a las nuevas generaciones de que es posible hacer ARTE con cualquier recurso expresivo, aun el más elemental. De que es posible indagar por cualquier camino, aunque no esté validado por las tendencias, ni por los expertos.
Hora del descanso.
El equipo de trabajo.
Vereda El Cerro; El Carmen de Viboral, Antioquia, Colombia, 23 de junio del año 2013.
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