Cuando llegamos a la sala de proyectos especiales del MAMM encontramos un pequeño corredor a manera de hall de entrada, allí justo al final vamos a encontrar dos piezas de la serie: nidos, manglares, empalizadas y espacios para proteger el alma, estas dos pequeñas piezas de mi última producción van a ser el preámbulo de la instalación LOS ÁRBOLES IMAGINADOS, en la cual hemos estado trabajando los últimos seis meses; pero hay que detenerse en estas piezas, hay que estar en silencio con ellas.
LOS ÁRBOLES IMAGINADOS
Instalación
Cada 2 segundos es talada una hectárea de bosques en el planeta, en Colombia la deforestación alcanza una hectárea por minuto, es decir una superficie equivalente al embalse de Guatapé cada cinco días.
La dificultad natural de los árboles para defenderse sólo podría ser expresada con un material frágil, así que la idea inicial bastante descabellada y sin antecedentes conocidos de construir piezas enteras de arcilla de casi tres metros, era realmente imaginada.
….es como si yo quisiera expresar en ellos toda la fuerza de la naturaleza, todo el valor y el significado que tienen los árboles en el funcionamiento del planeta. El árbol es el centro del universo, nos han engañado cuando nos dicen que somos nosotros.
Pero los árboles han debido enfrentar el momento más crítico, el momento del fuego,
la fragilidad aquí (1.300 grados centígrados) es comparable a la de los árboles en la selva, enfrentados a la voracidad del hombre.
Quizás lo había imaginado… de algún modo me lo esperaba, porque yo he sentido complicidad con el fuego, pero cuando abrimos el horno… Nos dimos cuenta de que el fuego había terminado la obra a su manera y lo supimos ver, yo presenciaba aquella maravilla en silencio y pensaba para mi esta es la obra… sentía gozo interior… más tarde nos dimos cuenta que no se podía ser más certero para expresar la destrucción de nuestros bosques.
Sentimos dolor hasta en los huesos y la carne fue cenizas por un instante, el fuego los había convertido en memoria de nuestra realidad.
Pude sentir el dolor y la rabia. Me hice consciente de su muerte, de nuestra propia muerte.
José Ignacio Vélez Puerta
septiembre 2013.
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