Sobre el 43SNA, 2013.
Después de mirar el 43SNA he quedado con un sabor que ya
conozco en mi boca o quizás en mi alma toda, alma-cerebro, corazón-mente,
emoción-razón, no encontrando jamás
donde acaba una y termina la otra o si pertenecen al mismo espacio o si hacen
parte de dos hemisferios separados o si definitivamente no existe tal
separación. Hace poco leía con asombro y admiración una nueva teoría sobre la
inteligencia humana, llamada LOS DOCE PILARES DE LA INTELIGENCIA y de veras recomiendo leer sobre esta nueva
teoría que a mi modo de entender se acerca con más claridad a ese misterio
maravilloso de la inteligencia. Pero si el arte
tratase sólo de la expresión de
seres inteligentes entonces quizás gran
parte de lo realizado por el hombre sería arte… una
masacre impacta con horror y genera reflexión, un “desarrollo” científico como
las semillas transgénicas es inusual y produce duda y angustia, la tala de un bosque en minutos te produce un asombro
aterrador, un dolor que no cabe en tu
corazón y una rabia que casi no puedes contener. Si el arte fuera sólo
impactar, si el arte fuese sólo conmover o poner a pensar, cuántos asuntos de
tantas disciplinas y cuantos momentos de lo cotidiano serían arte.
Yo encuentro (y no sé
si esto es extraño ya), que el arte debe
además trasmitir múltiples experiencias de los mundos sensibles y cuando hablamos de las artes visuales, esta acepción
hace énfasis en uno de ellos, de algún
modo se nos abre una puerta muy directa para el resto de los mundos.
No estoy apegado a unos materiales o a unos procedimientos
específicos, no, me emocione mucho con el video de 16 minutos de Camilo
Echavarría, “Cauca”, donde lo sutil se convierte en silencio, tiempo, espacio
y atmósfera, además de una cátedra de
color sublime como recordando el legado
de Monet; en este hay una legítima y profunda “belleza”, que no hace daño a
nadie, mas bien, nos enfoca, nos
interroga, nos conmueve… lo hice también, como pocas veces en los últimos años con el
video de Clemencia Echeverri, esta obra
asume el espacio transformándolo y nos transporta a escenas impactantes, cuidadas y “angustiosamente
bellas” de un lugar donde el calor, la zozobra de los animales y el paisaje mismo nos envuelve con
incuestionable fuerza en un mundo de belleza y
horror. Lo hice también con el video de Juan Manuel Echavarría que convierte
en inmensa una imagen que nos detiene y transporta a momentos fuertemente
vividos de nuestra historia reciente; una mariposa también
es testigo de la violencia.
Como duele la belleza también; quiero decir que nos
equivocamos al pensar, decir o enunciar que la belleza no era necesaria para el
arte; CLARO QUE SI ES NECESARIA y aun
nos emociona como antes, pero hoy esa belleza está cargada de memoria y debemos
tener presente cada vivencia anterior. No podemos olvidar como nos conmueven
las “bellísimas” pinturas negras de Goya o la “bella” crucifixión de Francis Bacón,
pero en ellas hay un NO SE QUE que las
envuelve y se constituyen en imágenes reveladas… en la antigua tradición de íconos bizantinos existieron unas primeras imágenes,
a esas imágenes se les llama aquiropoetas (increadas), es decir imágenes
reveladas; ellas surgían en la experiencia trascendente de algunos monjes
capaces de captar más allá de lo habitual; literalmente esas imágenes, las
primeras imágenes del rostro de Jesús, de la virgen maria, fueron recibidas en profunda meditación por
algunos artistas-monjes-santos, seres especiales que podían llegar a donde los
demás no llegaban. El arte es una imagen revelada, una puerta que se abre tanto para el artista como
para los demás, no es un simple juego, no es solo un ejercicio de variables, es
una oportunidad para la creación, una experiencia de contemplación que comienza
por los ojos y puede atravesarnos el alma.
No sé cuantas obras hay en el 43SNA Colombia que puedan
cumplir con este propósito, no sé cuantos artistas están comprometidos con su
vivencia interior, con su verdadero proyecto
personal, no sé cuantos están trabajando para quedar “bien parados” en la tendencia del momento, pero lo que sí es
cierto es que en el recorrido uno se tarda para tener encuentros sublimes y
contundentes. Hay quienes me dicen,
es el tiempo de otros lenguajes, es el momento de otros medios
expresivos y yo me pregunto: Acaso mirar la silla de Van Gogh no es una
experiencia contundente, de lectura inmediata, de conmoción interior? de
verdad es necesario cambiar los medios?
O quizás hace falta simplemente dejarse envolver por la experiencia
trascendental de la creación utilizando
cualquier tipo de medio, cualquier formato…no será que debemos abrirnos
simplemente al momento histórico, depurarlo por dentro, hacerlo vivencia y
convertirlo en creación artística siempre que sea posible? No será que ser
“modernos o posmodernos” es algo natural cuando existe la NECESIDAD VERDADERA?
Creo que hemos caído en la trampa de la velocidad y el
terreno del arte nos lo revela con gran fuerza, me parece que los artistas no
se toman todo el tiempo que necesitan para dejarse impactar por la realidad, no hay en la mayoría de los casos
una experiencia de carácter profundo…pero cuando uno llega a los dibujos de Don
Abel Rodríguez, puede comprender lo que yo trato de expresar, aquellos dibujos
son la “vida misma”, nos trasmiten la fuerza de un hombre, lo universal que existe en él y lo universal del espacio que habitó. En el
salón hay múltiples juegos…la descontextualización, la afectación del espacio,
los contrarios, la dualidad, la tensión, las variables de la percepción, las
paradojas, las relaciones
multisensoriales, lo simbólico, la pedagogía del arte, múltiples variaciones sobre la violencia, el
tiempo…tengo una lista muy larga de estas condiciones o enunciados para jugar…en fin, creo que ideas
no nos van a faltar y nuevas maneras de
contar la realidad y generar reflexión sobre ellas tampoco, pero lo que si noto
que falta es amor, entrega,
un poco menos de razón o quizás simplemente más pasión; me parece que hemos ingresado
al terreno del SABEMOS MUCHO y se nos olvida poco a poco el SENTIR MAS; Fredy Alzate nos recuerda en su
entrevista, emitiendo un concepto sobre los contenidos de obras contemporáneas: “que no solo se trata de
entender, también de sentir…no es solo un problema de comunicación, para
mi esta mas basada en el carácter
expresivo que argumental” y María Ángela
Méndez nos recuerda en el texto: Saber y desconocer en el mismo Salón, “porque apenas damos por cierto nuestros
saberes, dejamos de pensar, dejamos de contemplar verdaderamente el mundo y
nuestra existencia” ella nos está recordando de algún modo que hay un secreto que existe en el silencio de la contemplación íntima del
ser y desde el ser y creo firmemente que ese secreto es el arte y más adelante ella misma nos recuerda que “al
final, la raíz de todas las cosas y el sentido último de la existencia, solo
pudiera llegar a percibirse por quienes creen”.
Será que ese secreto en el que hay que creer y vivir
obligatoriamente en el, es el camino para que la gente común no
quede en un “limbo”, cuando observa nuestras experiencias artísticas? Porque no
sé si a ustedes les pase, pero a mí me sucede diariamente por estos días…Jose:
que hace uno pues para entender el arte actual?... y en ocasiones la respuesta efectiva no
llega, pues en realidad sería muy larga y tediosa para ese amigo o familiar que
me interroga.
Hace unos meses pude ver en Buenos Aires en el MALBA una exposición de Oscar Muñoz nuestro gran
artista colombiano y pude percibir que toda la gente se apropiaba de sus
lenguajes, que toda la obra era
comprensible para la gente común, aquello era una fiesta para los sentidos, para la inteligencia, para el alma, no había
que escribir mucho, el lenguaje multidisciplinar utilizado con eficacia y
creatividad para expresar las ideas era sencillamente efectivo y comprensible y
todos además estábamos conmovidos.
Yo busco esa otra belleza, la que va más allá de lo fácil y
les aseguro para terminar que, yo soy de aquellos que creen.
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