lunes, 30 de septiembre de 2013

SOBRE LA BELLEZA O LA VERDADERA BELLEZA

Sobre el 43SNA, 2013.                                              


Después de mirar el 43SNA he quedado con un sabor que ya conozco en mi boca o quizás en mi alma toda, alma-cerebro, corazón-mente, emoción-razón, no encontrando jamás donde acaba una y termina la otra o si pertenecen al mismo espacio o si hacen parte de dos hemisferios separados o si definitivamente no existe tal separación. Hace poco leía con asombro y admiración una nueva teoría sobre la inteligencia humana, llamada LOS DOCE PILARES DE LA INTELIGENCIA y de veras recomiendo leer sobre esta nueva teoría que a mi modo de entender se acerca con más claridad a ese misterio maravilloso de la inteligencia. Pero si el arte tratase sólo de la expresión de seres  inteligentes entonces quizás gran parte de lo realizado por el hombre sería arte… una masacre impacta con horror y genera reflexión, un “desarrollo” científico como las semillas transgénicas es inusual y produce duda y angustia, la tala de un bosque  en minutos te produce un asombro aterrador,  un dolor que no cabe en tu corazón y una rabia que casi no puedes contener. Si el arte fuera sólo impactar, si el arte fuese sólo conmover o poner a pensar, cuántos asuntos de tantas disciplinas y cuantos momentos de lo cotidiano serían arte.

Yo encuentro (y no sé si esto es extraño ya),  que el arte debe además trasmitir múltiples experiencias de los mundos sensibles y cuando hablamos de las artes visuales, esta acepción hace énfasis en uno de ellos,  de algún modo se nos abre una puerta muy directa para el resto de los mundos.
No estoy apegado a unos materiales o a unos procedimientos específicos, no, me emocione mucho con el video de 16 minutos de Camilo Echavarría, “Cauca”, donde lo sutil se convierte en silencio, tiempo, espacio y  atmósfera, además de una cátedra de color  sublime como recordando el legado de Monet; en este hay una legítima y profunda “belleza”, que no hace daño a nadie, mas bien, nos enfoca, nos  interroga, nos conmueve… lo hice también,  como pocas veces en los últimos años con el video de Clemencia Echeverri, esta obra  asume el espacio transformándolo y nos transporta a  escenas impactantes, cuidadas y “angustiosamente bellas” de un lugar donde el calor, la zozobra  de los animales y  el paisaje mismo nos envuelve con incuestionable fuerza en un mundo de belleza y  horror. Lo hice también con el  video de Juan Manuel Echavarría que convierte en inmensa una imagen que nos detiene y transporta a momentos fuertemente vividos  de  nuestra historia reciente; una mariposa también es testigo de la violencia.
Como duele la belleza también; quiero decir que nos equivocamos al pensar, decir o enunciar que la belleza no era necesaria para el arte; CLARO QUE SI  ES NECESARIA y aun nos emociona como antes, pero hoy esa belleza está cargada de memoria y debemos tener presente cada vivencia anterior. No podemos olvidar como nos conmueven las “bellísimas” pinturas negras de Goya o la “bella” crucifixión de Francis Bacón, pero en ellas hay un NO SE QUE  que las envuelve y se constituyen en imágenes reveladas… en la antigua tradición de íconos bizantinos existieron unas primeras imágenes, a esas imágenes se  les llama aquiropoetas (increadas), es decir imágenes reveladas; ellas surgían en la experiencia trascendente de algunos monjes capaces de captar más allá de lo habitual; literalmente esas imágenes, las primeras imágenes del rostro de Jesús, de la virgen maria,  fueron recibidas en profunda meditación por algunos artistas-monjes-santos, seres especiales que podían llegar a donde los demás no llegaban. El arte es una imagen  revelada, una  puerta que se abre tanto para el artista como para los demás, no es un simple juego, no es solo un ejercicio de variables, es una oportunidad para la creación, una experiencia de contemplación que comienza por los ojos y  puede atravesarnos  el alma.

No sé cuantas obras hay en el 43SNA Colombia que puedan cumplir con este propósito, no sé cuantos artistas están comprometidos con su vivencia interior, con su  verdadero proyecto personal, no sé cuantos están trabajando para quedar “bien parados” en  la tendencia del momento, pero lo que sí es cierto es que en el recorrido uno se tarda para tener encuentros sublimes  y  contundentes. Hay quienes me dicen,  es el tiempo de otros lenguajes, es el momento de otros medios expresivos y yo me pregunto: Acaso mirar la silla de Van Gogh no es una experiencia contundente, de lectura inmediata, de conmoción interior? de verdad  es necesario cambiar los medios? O quizás hace falta simplemente dejarse envolver por la experiencia trascendental de la creación  utilizando cualquier tipo de medio, cualquier formato…no será que debemos abrirnos simplemente al momento histórico, depurarlo por dentro, hacerlo vivencia y convertirlo en creación artística siempre que sea posible? No será que ser “modernos o posmodernos” es algo natural cuando existe la NECESIDAD VERDADERA?

Creo que hemos caído en la trampa de la velocidad y el terreno del arte nos lo revela con gran fuerza, me parece que los artistas no se toman todo el tiempo que necesitan para dejarse impactar por la  realidad, no hay en la mayoría de los casos una experiencia de carácter profundo…pero cuando uno llega a los dibujos de Don Abel Rodríguez, puede comprender lo que yo trato de expresar, aquellos dibujos son la “vida misma”, nos trasmiten la fuerza de un hombre,  lo universal que existe en él  y lo universal del espacio que habitó. En el salón hay múltiples juegos…la descontextualización, la afectación del espacio, los contrarios, la dualidad, la tensión, las variables de la percepción, las paradojas, las  relaciones multisensoriales, lo simbólico, la pedagogía del arte,  múltiples variaciones sobre la violencia, el tiempo…tengo una lista muy larga de estas condiciones  o enunciados para jugar…en fin, creo que ideas no nos van a faltar y  nuevas maneras de contar la realidad y generar reflexión sobre ellas tampoco, pero lo que si noto que falta es amor, entrega, un poco menos de razón o quizás simplemente más pasión; me parece que hemos ingresado al terreno del SABEMOS MUCHO y se nos olvida poco a poco el  SENTIR MAS; Fredy Alzate nos recuerda en su entrevista, emitiendo un concepto sobre los contenidos de obras  contemporáneas: “que no solo se trata de entender, también de sentir…no es solo un problema de comunicación, para mi  esta mas basada en el carácter expresivo que argumental”  y   María Ángela Méndez nos recuerda en el texto: Saber y desconocer en el mismo Salón,  “porque apenas damos por cierto nuestros saberes, dejamos de pensar, dejamos de contemplar verdaderamente el mundo y nuestra existencia” ella nos está recordando de algún modo que  hay un secreto que existe en el silencio de la contemplación íntima del ser y desde el ser  y  creo firmemente que ese secreto es el arte  y más adelante ella misma nos recuerda que “al final, la raíz de todas las cosas y el sentido último de la existencia, solo pudiera llegar a percibirse por quienes creen”.
Será que ese secreto en el que hay que creer  y  vivir obligatoriamente  en el, es el camino para que la gente común no quede en un “limbo”, cuando observa nuestras experiencias artísticas? Porque no sé si a ustedes les pase, pero a mí me sucede diariamente por estos días…Jose: que hace uno pues para entender el arte actual?...    y en ocasiones la respuesta efectiva no llega, pues en realidad sería muy larga y tediosa para ese amigo o familiar que me interroga.

Hace unos meses pude ver en Buenos Aires en el MALBA  una exposición de Oscar Muñoz nuestro gran artista colombiano y pude percibir que toda la gente se apropiaba de sus lenguajes, que toda la obra  era comprensible para la gente común, aquello era una fiesta para los sentidos, para la inteligencia, para el alma, no había que escribir mucho, el lenguaje multidisciplinar utilizado con eficacia y creatividad para expresar las ideas era sencillamente efectivo y comprensible y todos además estábamos conmovidos.

Yo busco esa otra belleza, la que va más allá de lo fácil y les aseguro para terminar que,  yo soy de aquellos que creen.
        



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