miércoles, 9 de abril de 2014

LA EXPOSICIÓN DE SANTA FE DE ANTIOQUIA.


                                                        

El Museo Juan del Corral es un lugar inolvidable, desde su directora Marta Lucia Villafañe, pasando por cada rincón, donde uno se siente a gusto,  hasta cada una de las personas que apoyan este sueño, todo es especial.
Los invito a disfrutar de esta exposición que hemos llamado EXPERIENCIAS DE LO COTIDIANO, porque esa es mi razón de vida...comprender lo que vivo, lo que siento, lo que habita a mi alrededor.

A continuación les comparto el texto que escribí para la exposición:

                                         

                                               
                                                                             Experiencias de lo Cotidiano.
                                                                                                 Jose Ignacio Vélez Puerta.


Inundaciones  es una obra de gran dificultad técnica que fue  acompañada de largas e  intensas jornadas  de  trabajo durante poco más de un año; el resultado final recuerda una experiencia casi milenaria con un intenso sabor de modernidad. Cada vasija es  un paisaje, un recuerdo, una experiencia que evoca al agua; el agua como signo vital, pero también el agua como  respuesta al maltrato que damos a la tierra.Agua y tierra vinculadas para bien o para mal en una especie de encrucijada que debemos leer con mucha inteligencia para vivir en armonía. Con los años me he dado cuenta que esta obra es cada día mas vigente. Cuando fue presentada en  la exposición Ágora de fuego en el Banco de la República (2006),  el día de la inauguración  todas las noticias hacían énfasis en las  inundaciones sobre  casi todo el territorio colombiano; quizás ahora puede suceder igual… y mañana también, si no decidimos hacer algo.

De otro lado tenemos una selección de 150 dibujos de la serie Hierofanías, que se convirtió a la postre en un proyecto de  24 pinturas  y 365 dibujos (uno cada día del año 2006).Los dibujos eran mi sustento y surgían de  la vida misma, en el acontecer cotidiano.Sin poses ni  trucos me sentaba frente al tema elegido y en pocos minutos, había conquistado aquel momento para mi memoria de estar vivo. De algún modo hacia sagrado y muy mío ese momento de estar con el árbol, con el perro, con la jarra o con la montaña. Aquella idea, quizás para nada nueva, me enseño que el trabajo perseverante era alimento perfecto para  mi mundo interior, pero además para el trabajo creativo. Gran parte de mi vida (casi treinta años), desde que fui un poco más consciente de mi tarea y mi responsabilidad como artista, he tenido como compañía un pequeño libro de paginas blancas donde descubro e interiorizo la realidad que habito en cada instante.
Ver estos dibujos me provoca nostalgia que inmediatamente se traduce en alegría  de estar vivo.

Bienvenidos pues a estas EXPERIENCIAS DE LO COTIDIANO, nunca nada nuevo, pero si ojalá muy esencial.



Jose Ignacio Vélez Puerta
Vereda El cerro, El Carmen de Viboral, Antioquia, Colombia.







Durante el montaje.





La exposición.


        

        

        

        

        


















                                                       
                                                                                             


Los que montamos la exposición.
A todos gracias!












QUEMA VIRGELINA EN SANTA FE DE ANTIOQUIA


El viernes de la semana pasada, justo un día antes de la inauguración de la exposición Experiencias de lo Cotidiano en el MUSEO JUAN DEL CORRAL de santa Fe de Antioquia, Colombia, hicimos una quema Virgelina con algunas personas maravillosas de la comunidad. 
Pero ustedes se preguntaran, que es la quema Virgelina?  y debo responder y quiero responder, sintiendo que hago un  homenaje a una mujer muy especial  de la vereda Hojas Anchas del municipio de San Vicente en el departamento de Antioquia, Colombia.



En el taller hubo una asistencia importante, yo diría que la precisa.




 Cada uno realizaba piezas pequeñas de arcillas mezcladas con mucho chamote refractario y luego se ponían al sol directamente... un sol abrazador que superaba los 40 º centígrados.




 La Quema la bauticé así  hace muchos años cuando la conocí a ella; mujer mayor, amante de la vida y  de su trabajo. Virgelina vendía cayanas para hacer las arepas tradicionales de la región y por supuesto yo fui uno de los clientes de ese día, pero luego tuvimos una larga conversación, como una especie de enamoramiento que me llevó luego a realizarle una visita en la que ella compartió sus conocimientos ancestrales de la quema en leña para la cerámica tradicional. 
Virgelina vivía ya sola con su esposo, un viejo cascarrabias que a duras penas le ayudaba en la consecución de la leña para sus quemas semanales, ella era el alma de aquella casa desvencijada, casi en ruinas, donde perros y gatos mal alimentados, compartían las migajas con gallinas, gallos y otras aves de corral.  La leña había que buscarla muy lejos, pues nadie les había contado que era necesario como precaución  sembrar un  huerto leñero, porque los árboles no viven para siempre y menos si son cortados de raíz. Virgelina hacia que la vida fuese posible, la luchaba día a día, sus hijos apenas si se acordaban de ellos y sin embargo una sonrisa era habitual en su rostro desgastado por el tiempo.



Montando el horno con dos piezas básicas que formarían lo que llamamos normalmente, hogar y salida de la chimenea (en este caso dos salidas). 




Luego acomodamos la leña alrededor del hogar y las piezas que están  dentro de él  y rodeándolo.




Avivamos las llamas...









 Las piezas quedaron infracocidas, la leña fue muy ligera (de madera blanda) y el fuego fue tan rápido que la temperatura no pudo subir al punto que esperábamos.



Siempre estamos aprendiendo, esta vez no tuvimos grandes éxitos, pero es siempre mágica la experiencia.



Todos pueden hacer esta experiencia, se las recomiendo.