sábado, 21 de febrero de 2015

Decoración Carmelitana. Parte 3.

                                                       
                                              UNA ICONOGRAFIA COLOMBIANA.


Me he permitido hacer aquí un acercamiento personal al  tema de la DECORACIÓN CARMELITANA, basado en mi experiencia de casi treinta años habitando estas tierras y trabajando en un tema que me apasiona todo, la cerámica.



                                                 
                                      



Taller de Samuel Pareja.


La iconografía es el desarrollo de la imagen a través de la historia y de nuestra experiencia cultural con la cerámica.  El Carmen inició su proceso  emulando lo que se estaba realizando en  la empresa Corona de Caldas  Antioquia,  pero muy pronto las limitaciones tecnológicas, la falta de materias primas y herramientas adecuadas,  obligaron aquí a esos pequeños talleres a plantearse un camino diferente al de aquella gran empresa que ya se perfilaba como un paradigma de la  industria Colombiana.
El Carmen era distinto, pues las familias eran de origen netamente campesino[1], es decir, que hacia la década de 1930 la cerámica que se producía en pequeños talleres, era todavía incipiente y vino a consolidarse plenamente sólo en la siguiente década.  Para el año 1947 se pueden identificar 14 empresas de cerámica en el municipio –y por supuesto-,  la cerámica de El Carmen seguía supeditada a los avances que hiciera el proyecto de Caldas[2], y es evidente esta situación cuando comparamos las formas desarrolladas en El Carmen, copias de piezas llegadas desde allí o en su defecto de piezas traídas de otros lugares.  En este caso, podemos observar las fotografías de las piezas desarrolladas en la Escuela Nacional de Cerámica que muestran formas copiadas de porcelanas francesas e inglesas -entre otras-,  porque  en medio de esa transformación, no llegaron creadores de formas, no hubo expertos en el torno de alfarero y no hubo artistas creadores de piezas nuevas  hasta muy avanzado el siglo XX. 

 Unos años antes, en 1942 esta reseñada la visita de uno de los artistas más importantes del siglo XX, el maestro Jorge Oteiza, visita de la cual no se tiene ningún documento escrito – memoria de sus recomendaciones  por ejemplo -, pero que seguramente fue definitiva para consolidar algunos de los procesos,  el  mejoramiento de  los hornos, entre otros aspectos.

Cuenta además  Don Bernardo Betancur, ceramista de gran experiencia en nuestro municipio, que él conoció a Humberto Nims, modelador que enseño a forjar los platos de forma invertida o al chileno Arturo Sepúlveda, también modelador, pero no hay evidencias de piezas creadas por ellos. Estuvo activo además Rafael Ángel Betancur, hijo de don Bernardino- empresario  en la cerámica de gran  tradición – pero de él se tiene referencia como técnico y aunque algunas veces decoraba  - había estudiado en Bellas Artes- lo hacía  a la manera de las Bellas Artes.  De  igual forma, estuvo por aquí  Don  Fructuoso del Rio, de quien nos cuenta Amparo Arias, –decoradora de tradición-  que les enseñó a hacer Heliconias, decoración que tal parece no cuajo en la experiencia que nos ha mostrado  el tiempo.


[1] Betancur, Francisco Arnoldo. El Carmen de Viboral, Una Historia Local 1850-1950. Ed por el autor. El Carmen de Viboral, 1993.
                                     [2] Idem.
                   



Probable El Triunfo (ya desaparecida).



        Probable El Dorado (actual).



Probable El Dorado (actual).
                                                     

En el caso de la decoración el asunto fue diferente, ya que la dificultad creó nuevas oportunidades. Al no poder acceder a  nuevos desarrollos tecnológicos con facilidad o quizás también en la búsqueda sencilla de afianzar el proceso en algo más concreto.  Consuelo Arias,  la decoradora tradicional  más creativa que he conocido, cuenta que ella trabajó con calcomanías, utilizó los  sellos o incluso llegó a listear con oro y trementina, entre otros procedimientos, y que la decoración A MANO comenzó a tomar una fuerza inesperada…la fuerza de lo HECHO A MANO. Esto fortaleció sin duda nuestra manera de ser y mientras  la empresa de caldas buscaba producir más cantidad y dar prioridad a procesos protagonizados por la máquina -  El desvanecido hecho con aspersión o la calcomanía que tenía necesidad de una tercera cocción y una atmosfera muy limpia y oxidante-  los proyectos de El Carmen se afianzaban en tener valor agregado en sus productos derivado de la capacidad de sus mujeres en la decoración a mano.

Fue  en la década de 1960 cuando Cerámicas Continental  se arriesgó a traer unos decoradores que venían del sur del país – Un grupo de artesanos[3], nos contaron de ellos: Chelino, Guillermo Noreña, El bello Antonio, Ovidio Tobón, Jorge –no recuerdan su apellido-,  Ever de la Cruz,  Enrique Cerón y  los locales Luis Quintero y Carlos Henao -todavía hoy con nosotros-, además de  una mujer,  Adíela, que parece venía del Eje Cafetero y  fue quien se quedó haciendo las veces de maestra,  después de la partida de los decoradores. Ellos nos cuentan que exigían mucho, los trataban como reyes y los llevaban a almorzar al pueblo. Su historia nos dice que ellos llegaron a decorar y a enseñar, su primera alumna fue Carmelina, quien es recordada por la decoración que lleva su nombre.
 
Y es en esta experiencia  que surgen algunos de los elementos gráficos conceptuales que nos acompañan hasta hoy:
Lo primero que habría que decir es que la loza del Carmen es blanca.  La razón es simple,  nuestras arcillas son refractarias,  silíceas o calcáreas y siempre blancas, pero además tenemos vecinos que tiene arcillas claras también: La Unión con su caolín – materia prima fundamental de la porcelana – y  en general todo el Valle de San Nicolás cargado de esas arcillas grises que hemos llamado Rio negro o Sofía. Hoy esta situación es realmente  un valor, pero debemos saber que la Loza puede tener otro color.





[3] Consuelo Arias y su hermana Amparo, Teresa Trujillo y Bernardo Betancur.




                                                                                    La Flora de Flor, Renacer.


     Florelba Tupida,Renacer (reciente)



                                                                              Aleli codificada, La Continental.


En segundo lugar, El Carmen decidió utilizar  pinceladas  directas, cuya forma expresa con fluidez  la manera en que entra el pincel a la superficie del objeto, cómo se desarrolla y cómo sale de ella. Este aspecto es muy importante, pues No hay lugar al ERROR, es decir todos los aspectos del procedimiento son visibles y esto es maravilloso. Quizá al comienzo se hizo mucho énfasis en las esponjas –que se cortaban sabiamente y se tomaban directamente con la mano- y por esta razón al tomar el pincel  hoy, optamos por no detenernos mucho en la superficie como si tuviésemos una esponja en nuestras manos -  El bajo esmalte es susceptible de diluirse, aclararse, permite superposición de colores, hacer veladuras,  pero estas técnicas no se han utilizado hasta hoy o solo de modo experimental y artístico.

Otro aspecto fundamental es el hecho de que la mayoría de los diseños, con excepción de unos pocos – Florelba y  alhelí antiguo- están basados en la estructura misma de la circunferencia,  esto quiere decir que todos los diseños están construidos radialmente, alrededor del centro. Podríamos recordar  algunas como Saúl,  Carmelina, Mayoral  y Viboral, entre las tradicionales y  más adelante  Agua marina, Valeriana, Verano y Concepción, entre otras. Y es muy importante aclarar aquí que en estos casos, Aleli y Florelba, la fuente de inspiración se dio desde agentes externos – Florelba sobre un diseño o plato traído de fuera,  parece ser que,  por los mismos  decoradores del sur e interpretado aquí  por Florelba y Aleli diseñado por María Victoria Abecasis y Olga Ligia Betancur  en Cerámicas Continental a partir de un plato traído de Turquía e interpretado por Consuelo Arias – finalmente  los hemos asimilado y los hemos hecho nuestros.

De otro lado está la manera particular de realizar las decoraciones – hablamos del aspecto procedimental – y en este sentido  debemos destacar el manejo de la esponja y la construcción de pinceles con pelo humano, tecnologías que fueron adaptadas a partir de la dificultad.
Con el tiempo debimos hacer un esfuerzo para ampliar los parámetros conceptuales y    enriquecer  el mundo expresivo de nuestra decoración, entonces exploramos otras posibilidades en el plano;  intentamos salirnos del centro, poner pocos elementos, descentrar, distribuir de modo diferente, utilizamos superposición, hicimos decoraciones aleatorias, pusimos elementos centrales muy simplificados o recurrimos a realizar composiciones repetidas de acuerdo al formato o tamaño del plato.
En El Carmen no han existido  referentes como la figura humana, ni los animales.  Se construyó un mundo vegetal y aunque hemos hecho algunas experiencias de peces – marinera se hizo a partir de la técnica de apoyar la esponja sobre el plano (ver Saúl, por ejemplo)- la búsqueda ha estado cifrada en las flores, en sus hojas y en una especie de alfabeto de signos que se pueden resumir en el lenguaje artístico como puntos, líneas o planos que acompañan. De igual modo exploramos el volumen a comienzos de los años 90s, con una decoración llamada Del Huerto, en ella y por ella nos dimos cuenta que  el mundo de las decoradoras estaba supeditado al plano construido por pinceladas que constituían formas, flores, hojas o similares y que la posibilidad de expresar el volumen o formas que lo comprometían era muy escasa, sin embargo, la decoración se logró con gran esfuerzo y fue realmente un éxito – más tarde sus colores cambiaron para detrimento de ella misma y sus ventas cayeron.




Del Huerto, decoración original realizada en la desaparecida Cerámicas Continental



     Maíz, La Continental (años 90s).


         Renacimiento (primeros años siglo XXI)
 Una forma nueva y una forma tradicional, Renacer.

El plano se expandió en los años 90s o mejor lo que había sido solo listeo, ahora se convirtió en plano listeado, así pudimos crear decoraciones como Verano, por ejemplo o Maíz o  Carmen, haciendo énfasis en el color de fondo, que antes había sido solo blanco; aunque hay una excepción muy particular y es la decoración llamada Antigua o  Babaría, donde el plato casi completamente saturado  y con un diseño en cruz se expresa como un jardín  con flores.

De otro lado ha habido intervenciones foráneas muy interesantes, que también se han adaptado al lenguaje, es el caso de Florelba Tupida, realizada por una diseñadora de Medellín para acceder  a un producto A LA MANERA CARMEN, pero con un toque de modernidad. Esta decoración repite unos elementos de forma aleatoria  y los sitúa en el plano  con un orden saturado.

Esto y mucho más hemos explorado en estos ya más de 25 años. Pero para ello tuvimos que capacitar a las decoradoras, así que comencé aprendiendo de ellas, Consuelo, Flor, Amparo y  Berenice  fueron mis primeras  maestras y con ellas comenzamos a encontrar nuevos caminos sin perder LA MANERA DE HACER COMO NOSOTROS. Fue en Cerámicas Continental cuando comenzamos las capacitaciones de forma sistemática, en aquella época -años 90s- capacitamos alrededor de 200 mujeres, pesando que podíamos salvar aquella empresa emblemática, pero esa es otra historia.

Hace un par de años aceptamos con dificultad la puesta en marcha de Cerámicas Rampini (cerámica tipo mayólica en sobre esmalte con decoración empapada en la experiencia del Renacimiento), entonces, el acuerdo  inicial  fue respetarnos y así lo hemos hecho, sin embargo su llegada fue para mí una oportunidad, pues llevaba muchos años insistiendo en que era posible llegar más lejos y creo que lo estamos logrando. De esta manera el problema de capacitar mujeres para lograr el nivel esperado por Rampini, nos abrió las puertas de otros mundos, tuvimos que diseñar una capacitación especial con elementos conceptuales extraídos del diseño Industrial, de las Artes Aplicadas y por supuesto de la experiencia misma del Carmen, pues este nuevo reto, aunado a las dificultades develadas en años anteriores, nos exigía mucho más. En estos últimos cuatro años hemos capacitado a casi cuarenta mujeres con niveles nunca imaginados, algunas de ellas maestras  de la tradición, otras que jamás habían tocado un pincel. Con estas herramientas, decoradoras de tradición como Flor Quintero se han atrevido a diseñar nuevas decoraciones con gran éxito (La Flora Y Rosa por ejemplo), e incluso decoradoras formadas recientemente lo han hecho también, es el caso de Sandra Vargas con una decoración de gran belleza y valor.

Con las nuevas oportunidades y con el nivel actual de nuestras mujeres- hay además un hombre decorando con gran éxito,  llamado David - En el año 2014, comenzamos un proyecto nuevo llamado Cerámica Nacional (su nombre cambio posteriormente a Vivoral Ceramica) basado en tres aspectos:

 1. TENDENCIA CARMEN: La decoración tipo Carmen (pero muy expandida y moderna). 

 2. MEMORIA CULTURAL: Una adaptación de la gráfica de nuestras etnias actuales y el universo  precolombino a nuestra cerámica y por último.
 
 3.VISIÓN CONTEMPORANEA: Una experiencia posmoderna, en la cual hemos desarrollado decoraciones como Mondrian  y  Colombia, entre otras, que nos invitan a encontrar otras maneras de expresarnos en este medio. Para este proyecto tuve la invaluable ayuda de Eugenia Flórez quien se ha convertido en una capacitadora experta, ella viene de la experiencia que tuvimos para Rampini y ahora, igual que otras excelentes artesanas,  ha tomado su propio vuelo.





                                                                               De la Abuela, Tendencia Carmen,
                                                                                         Cerámica Nacional   



  Mondrian, La Nacional.



 Pueblo Cubeo.
   Proyecto de Memoria Cultural
Cerámica Nacional



Debo decir por último que toda mi apuesta personal ha sido respetar, conservar y enriquecer un lenguaje propio llamado DECORACIÓN CARMELITANA. Ya no sé cuántas decoraciones he diseñado desde Cerámicas El Capiro, cuando apenas comenzaba la década de los 90s (una de ellas todavía se realiza, la Ocre), pero sé muy bien que mi búsqueda  aquí, más allá de mi lenguaje personal como artista,  ha buscado fortalecerla a ella y  respetarla a ella. Hicimos en mi taller  (mi esposa y yo) piezas únicas en bajo esmalte,  durante 10 años – cada pieza era un diseño nuevo en decoración,  que no se repetía, siempre y cuando no  fuese serie o vajilla -  realizamos  además más de 100 nuevos modelos de objetos con la ayuda invaluable de Bernardo Betancur, de otro lado implementamos la labor del torno de alfarero y allí fueron convidados,  aprendieron y nos fortalecieron  Nelson Zuluaga Londoño y Maryori Ruiz. Aquí en casa, seguimos haciendo bajo esmalte, no solo no nos cansamos de esa manera de hacer ACUARELA -yo le llamo al bajo esmalte la acuarela de la cerámica-, sino que además descubrimos día a día nuevas oportunidades creativas.



 El Carmen es UNA MANERA DE SER que yo invito a respetar.



La denominación de origen que hemos recibido es solo una OPORTUNIDAD que si no la sabemos implementar y valorar será motivo de  frustraciones.
Creo que es importante ampliar nuestras posibilidades expresivas, pero El Carmen debe seguir siendo El Carmen, porque es  nuestra marca y para conseguirla  nos hemos demorado más de 100 años.
                                                                                                 



José Ignacio Vélez Puerta. Febrero de 2015.


Fotografías Maestro Alberto Londoño y 
Catalina Londoño Carder